Amígdala y su papel fundamental en la regulación emocional

Verificado Redactado por Marta Guerri el 23 marzo 2023. Artículo revisado, actualizado y verificado por nuestro equipo de psicólogos el 18 mayo 2023.
La amígdala, clave en la regulación emocional y motivación, forma parte del sistema límbico y se encuentra en el cerebro humano.

La amígdala es una estructura cerebral que forma parte del sistema límbico, que está involucrado en la regulación de las emociones, la motivación y el comportamiento. Su nombre viene de la palabra griega que significa «almendra«. Como con la mayoría de las otras estructuras cerebrales, en realidad tenemos dos amígdalas. Cada amígdala se encuentra cerca del hipocampo, y se ubica en la parte temporal del cerebro, en ambos hemisferios.

Desempeña un papel clave en la respuesta emocional, especialmente en la respuesta al miedo y la ansiedad. Esta estructura cerebral recibe información sensorial de las vías auditivas y visuales y procesa esta información para determinar si es una amenaza potencial. Si se percibe una amenaza, la amígdala activa la respuesta de lucha o huida, que prepara al cuerpo para responder a la situación de peligro.

Anatomía y estructura de la amígdala

La amígdala se ubica en el lóbulo temporal del cerebro, que consta de varios núcleos interconectados que desempeñan diferentes funciones emocionales. La amígdala se divide en dos grupos principales de núcleos: los núcleos laterales y los núcleos centrales.

Los núcleos laterales incluyen el núcleo basolateral y el núcleo cortical. El núcleo basolateral es la estructura más grande y compleja de los núcleos laterales, y recibe una amplia variedad de información sensorial, incluyendo información visual, auditiva y somatosensorial, que se procesa en circuitos complejos para la regulación emocional. El núcleo cortical, por otro lado, está involucrado en la percepción de la expresión facial y la expresión emocional.

Los núcleos centrales incluyen el núcleo central y el núcleo medial. El núcleo central es la estructura más pequeña y se encuentra en la parte central de la amígdala. Está involucrado en la generación de respuestas emocionales automáticas, como la activación del sistema nervioso simpático y la liberación de hormonas del estrés. El núcleo medial está involucrado en la regulación de la conducta social y la toma de decisiones sociales.

La amígdala se genera a partir del prosencéfalo, que es es el cerebro primitivo anterior o porción anterior del cerebro durante la fase de desarrollo del embrión, y está formado por el telencéfalo y el diencéfalo. El telencéfalo es la parte más grande del prosencéfalo y contiene estructuras como la corteza cerebral, que es responsable de funciones cognitivas superiores como el pensamiento, la percepción y la conciencia.

Amígdala en prosencéfalo

Durante el desarrollo embrionario del tubo neural se originan 3 dilataciones denominadas Vesículas cefálicas primarias, que son el Prosencéfalo, el Mesencéfalo y el Rombencéfalo.

Son las porciones del cerebro cuando empieza el desarrollo del sistema nervioso central. Posteriormente el prosencéfalo se divide en diencéfalo (tálamo e hipotálamo), y telencéfalo (hemisferios cerebrales).

Amígdala cerebral

Las conexiones neuronales de la amígdala son complejas y extensas. La amígdala se conecta con varias áreas cerebrales importantes, incluyendo la corteza prefrontal, el hipocampo, el tálamo y el hipotálamo, a través de una serie de vías neuronales. Estas conexiones neuronales son importantes para la regulación emocional y la memoria emocional.

Función de la amígdala

La amígdala recibe información sensorial de diversas fuentes, incluyendo los sentidos de la vista, el oído y el tacto, y la procesa rápidamente para determinar si la información es una amenaza o un peligro potencial. Si la información es considerada una amenaza, la amígdala puede desencadenar una respuesta de «lucha o huida» en el cuerpo, activando el sistema nervioso simpático y la liberación de hormonas del estrés como el cortisol y la adrenalina.

Además de su papel en la respuesta al miedo y la ansiedad, la amígdala también está involucrada en la regulación de otras emociones como la tristeza, la felicidad y la ira. También se ha encontrado que está implicada en la memoria emocional, ya que las experiencias emocionales intensas pueden ser almacenadas en la amígdala y luego recuperadas en respuesta a estímulos similares en el futuro.

Neuroquímica de la amígdala, el estrés y la ansiedad

La neuroquímica de la amígdala está íntimamente relacionada con la respuesta al estrés y la ansiedad. La amígdala contiene una gran cantidad de receptores de neurotransmisores como la serotonina, la dopamina, el glutamato y el GABA, que son fundamentales para el procesamiento emocional.

Cuando una persona experimenta una situación estresante o amenazante, la amígdala se activa y libera neurotransmisores como el glutamato, la sustancia P y la noradrenalina, lo que aumenta la excitabilidad de la amígdala y la prepara para una respuesta rápida y eficiente. La amígdala también activa el sistema nervioso simpático, que aumenta la frecuencia cardíaca, la respiración y la liberación de glucosa en la sangre, preparando al cuerpo para la acción.

La ansiedad es una respuesta emocional al estrés que implica preocupación, miedo y aprensión, y también está relacionada con la actividad de la amígdala. Las investigaciones han demostrado que las personas con trastornos de ansiedad tienen una mayor actividad en la amígdala en respuesta a estímulos emocionales negativos, lo que sugiere una mayor sensibilidad emocional.

Además, la amígdala está conectada a otras áreas cerebrales importantes para la regulación emocional, como el córtex prefrontal y el hipocampo. El córtex prefrontal es responsable del control cognitivo y la toma de decisiones, y puede modular la actividad de la amígdala para regular la respuesta emocional. El hipocampo, por otro lado, es crucial para la memoria, y se ha demostrado que la amígdala y el hipocampo interactúan para formar y recuperar recuerdos emocionales.

A lo largo de todo el cerebro, la amígdala se considera la estructura con más cantidad de receptores para las benzodiazepinas. Asimismo, también podemos encontrar, en este núcleo, una extensa población de receptores para péptidos opiáceos (implicados, por ejemplo, en las respuestas de hipoalgesia ante una situación estresante aguda que puede generar dolor).

Neuroquímicamente hablando, podemos relacionar la amígdala con los sistemas de neurotransmisores que regulan la activación cortical. Además, en este núcleo podemos encontrar someras y vías noradrenérgicas, dopaminérgicas, serotoninérgicas y colinérgicas, que permiten una amplia inervación cortical.

Qué es la amígdala

Relación entre la amígdala y la respuesta emocional

Diferentes evidencias experimentales han puesto de manifiesto que lesiones del núcleo central de la amígdala afectan todas las respuestas del condicionamiento del miedo. Asimismo, su estimulación produce incrementos en la tasa cardiaca, frecuencia respiratoria, presión sanguínea, liberación de las hormonas del estrés, inmovilización conductual, hiperreflexia, entre otros.

El núcleo central intercede como mediador en la activación del arousal cortical a través de sus proyecciones directas al córtex (sobre todo al giro cingular rostral y la corteza orbitofrontal) ya través de sus proyecciones indirectos, mediante el núcleo basal de Meynert.

La amígdala parece que es una estructura implicada en la mediación tanto de las respuestas emocionales como del sentimiento consciente de la emoción.

En algunos estudios, los investigadores estimularon directamente las amígdalas de pacientes sometidos a cirugía cerebral y les pidieron que informaran sus impresiones. La experiencia subjetiva que estos pacientes informaron con mayor frecuencia fue de peligro y temor inminentes o de ira. En otros estudios con un pequeño número de pacientes a los que se les había destruido solo su amígdala (como resultado de un accidente cerebrovascular, por ejemplo), reconocieron las expresiones faciales de cada emoción excepto  la del miedo.

De hecho, la amígdala parece modular todas nuestras reacciones a eventos que son muy importantes para nuestra supervivencia. Los sucesos que nos advierten de un peligro inminente son, por lo tanto, estímulos muy importantes para la amígdala, pero también lo son los eventos que señalan la presencia de alimentos, parejas sexuales, rivales, niños en apuros, etc.

También se ha podido verificar la relación de la amígdala con memorias implícitas de claves estimulares que señalizan las emociones expresadas facialmente.

Lesiones en la amígdala

Las lesiones en el núcleo de la amígdala pueden tener un impacto significativo en la regulación emocional y en la conducta. Dependiendo de la ubicación y la extensión de la lesión, los síntomas pueden variar desde trastornos emocionales hasta cambios en la conducta social y en la memoria emocional.

Las lesiones en el núcleo central de la amígdala, por ejemplo, pueden afectar la respuesta al miedo y la ansiedad, y pueden resultar en una disminución o ausencia de respuestas emocionales en situaciones amenazantes. Los pacientes con lesiones en la amígdala también pueden experimentar dificultades para reconocer expresiones faciales y emociones, lo que sugiere una implicación de la amígdala en la percepción emocional.

Además, las lesiones en la amígdala pueden afectar la memoria emocional, ya que se ha demostrado que la amígdala está involucrada en el procesamiento y la consolidación de los recuerdos emocionales. Las lesiones en la amígdala pueden provocar una disminución en la capacidad de recordar experiencias emocionales pasadas o una reducción en la intensidad de la emoción asociada con un recuerdo específico.

En términos de conducta social, las lesiones en la amígdala también pueden afectar la capacidad de los individuos para interpretar y responder a las señales sociales, lo que puede resultar en dificultades para establecer relaciones interpersonales y comprender las normas sociales.

Conclusiones

En conclusión, la amígdala juega un papel crucial en la regulación de las emociones y el comportamiento social. Como se ha mencionado, esta estructura cerebral está involucrada en la detección y procesamiento de estímulos emocionales, y su disfunción puede estar relacionada con trastornos psiquiátricos como la ansiedad y la depresión. Además, su conexión con el tronco cerebral sugiere un papel importante en la respuesta del sistema nervioso autónomo. A medida que se profundiza en el estudio de la amígdala y su función, se abren nuevas posibilidades para el desarrollo de tratamientos más eficaces para estas afecciones emocionales.

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Referencias

  • Bradford, H.F. (1988). Fundamentos de neuroquímica. Barcelona: Labor.
  • Carlson, N.R. (1999). Fisiología de la conducta. Barcelona: Ariel Psicología.
  • Carpenter, M.B. (1994). Neuroanatomía. Fundamentos. Buenos Aires: Editorial Panamericana.
  • Delgado, J.M.; Ferrús, A.; Mora, F.; Rubia, F.J. (eds) (1998). Manual de Neurociencia. Madrid: Síntesis.
Mguerri

Marta Guerri es Licenciada en Psicología por la UOC y Diplomada en Enfermería por la UB. Es Psicóloga General Sanitaria, con un Máster en Terapia de la Conducta y la Salud, Postgrado en Terapia Familiar Socioeducativa, y un Postgrado en Salud Mental y Psiquiatría por la Universitat de Barcelona (UB). Ha trabajado en terapia con familias con vulnerabilidad social en el Servicio de Orientación y Acompañamiento a Familias (SOAF) y actualmente ejerce de Psicóloga en la Clínica Fertty, donde se dedica a la atención de pacientes y donantes en tratamientos de fertilidad. Además, es miembro de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), donde dirige uno de los grupos de estudio dedicado a la atención de donantes y ha realizado distintas ponencias sobre este tema. Es CEO y gestora de contenidos de Psicoactiva.com, un portal líder en psicología, que ha crecido hasta convertirse en una comunidad de referencia en el ámbito de la psicología y las neurociencias. Marta ha publicado varios libros sobre psicología y salud emocional, incluyendo "Inteligencia Emocional, una guía útil para mejorar tu vida" y "Entrenamiento mental para mejorar tu inteligencia" de la editorial Mestas Ediciones. Además, a través de su trabajo voluntario con la asociación Cracbaix, se dedica a asesorar a las familias con hijos de Altas Capacidades Intelectuales.

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