Resulta sorprendente la diferencia que existe entre la energía que desprenden algunas personas por la mañana y cómo otras por la noche se sienten totalmente activos. Son sujetos matutinos o vespertinos y, a continuación, se explican sus diferencias.
Búhos o alondras: una cuestión de melatonina
Una persona puede ser matutina o vespertina, y esto solo indica que su ritmo es diferente. Es decir, la energía necesaria para funcionar en el día a día puede encontrar su apogeo por la mañana o por la noche, y esta es su principal diferencia.
Para un vespertino, resultará mucho más natural rendir en horario nocturno. A nivel laboral, esto podría resultar un problema, pues los esquemas laborales no responden a un horario vespertino.
Por tanto, se dice que padecen el síndrome vespertino aquellas personas que son mucho más lúcidas por la tarde o por la noche, y sin embargo por la mañana necesitan un par de horas antes de poder ponerse a trabajar a pleno rendimiento.
Por el contrario, un matutino será mucho más eficiente a primera hora de la mañana, cuando sentirá una ansiedad matutina que le impulsará a realizar muchas actividades sin sentirse cansados o amodorrados por ser demasiado temprano.
La clave está en la melatonina
Entonces, ¿qué significa vespertino? Según la psicología, el significado de vespertino se refiere a la cualidad de las personas cuyas capacidades cognitivas aumentan a medida que pasa el día, sintiéndose ágiles mentalmente hasta poco antes de acostarse.
Desde el punto de vista de la biología, personas vespertinas y matutinas no se diferencian más que en el momento del día en que su cuerpo fabrica una proteína, denominada melatonina.
Se trata de una sustancia que se segrega durante el sueño y que induce a los estados profundos del sueño y el descanso. Fue estudiado en profundidad por el investigador Joseph Takahashi quien, en 1997, descubrió el “gen clock”.
Según sus investigaciones, el “gen clock” es el encargado de regular el momento en que esta proteína es segregada, que puede ser en las primeras horas de sueño o en las últimas horas del mismo.
Al segregar la melatonina al comienzo del sueño, los matutinos –también llamados “alondras”- descansan antes, se despiertan antes y se terminan de cansar antes, dando lugar a una rutina en la que la mayor parte de la energía se concentra en la mañana.
Por el contrario, los vespertinos generan la melatonina en las últimas horas del sueño, por lo que descansan más tarde y se despiertan somnolientos, con lo que su rendimiento mejora a medida que pasa la jornada.

Implicaciones a nivel laboral de ser matutino o vespertino
Por tanto, extrapolando el significado de vespertino a nivel laboral, nos encontramos con que las rutinas de trabajo están básicamente diseñadas para personas matutinas, pues en muy pocos casos existe la flexibilidad para adaptarse a un horario vespertino.
Es decir, vivimos en una sociedad totalmente matutina y, en consecuencia, las personas cuyo máximo rendimiento se explota a última hora de la tarde tienen que luchar cada mañana contra su reloj genético para procurar ser plenamente eficientes.
Habiendo entendido el significado de vespertino y el significado de matutino, quizás resulte más fácil ponerse en la piel de una persona que funcione mejor a determinadas horas del día, sin caer en prejuicios de pereza y vagancia contra las personas vespertinas.
No debemos olvidar que no existe ninguna correlación entre la manera de funcionar del reloj genético de las personas y su inteligencia, pues ha quedado demostrado que se trata de una cuestión de melatonina.
De hecho, todos deberíamos estar más concienciados de este hecho, y plantear si acaso el sistema laboral que tenemos favorece a las “alondras” y perjudica a los “búhos” y, por tanto, debería ser cambiado en pos de una sociedad más justa.
Un primer paso en esta lucha son los esfuerzos en investigación que se están realizando alrededor de este nuevo concepto –el “gen clock”- con el objetivo de entender las diferencias entre vespertinos y matutinos.
Es algo con lo que se nace, no se puede modificar
Así, la próxima vez que alguien acuse de vago o perezoso a una persona que, sistemáticamente, aparezca somnoliento en el trabajo o en la escuela, debería considerar que quizás se trate de una cuestión que escapa a su control.
Una sugerencia para facilitar el rendimiento laboral de un perfil búho sería la flexibilización de la jornada laboral. Un horario de entrada con varias horas de margen sería de gran ayuda para los trabajadores vespertinos.
Búhos y alondras son dos tipos de organismos igualmente competentes y la comprensión de sus diferencias, así como la conciencia de que estas son una cuestión genética sin relevancia, son claves para una mayor tolerancia hacia los vespertinos.
En definitiva, las diferencias entre matutinos y vespertinos se limitan a una cuestión genética sobre el momento del sueño en el que el organismo segrega una proteína: la melatonina, por lo que algunos prejuicios laborales ya no tienen sentido.