El Test de Turing es una prueba diseñada en 1950 cuya finalidad es discernir si una máquina que funcione con inteligencia artificial puede igualar a un ser humano. Actualmente, se ha vuelto popular el uso de distintos bots como Alexa o Siri para facilitar nuestra experiencia tecnológica. Por eso, el Test de Turing ha cobrado relevancia más que nunca. Aun así, esto nos lleva a plantearnos una pregunta de índole filosófica, ¿algún día las máquinas serán capaces de reemplazar a los humanos?
Origen del Test de Turing
El Test de Turing fue desarrollado en 1950 por Alan Turing, quien fue un matemático inglés interesado por la computación. Básicamente, su idea fue desarrollar una prueba en la que se podía medir si una Inteligencia Artificial era competente. Tanto, como para ser confundida con un ser humano.
Básicamente, el Test consiste en que un individuo mantiene una conversación de cinco minutos con la Inteligencia Artificial. Entonces, un juez externo lee la transcripción de la conversación sin saber quién de los dos participantes es la máquina y quién es el humano. Finalmente, tendrá que hacer una declaración en la que indique cuál de los interlocutores es una persona real. Así, si el juez hace una interpretación errónea, quiere decir que la Inteligencia Artificial ha pasado por un humano, por lo que aprobaría el Test de Turing.
La importancia del Test de Turing en nuestra época
El Test de Turing es un invento relativamente antiguo, pues fue desarrollado en la época de los 50. Para este momento, se esperaría que sea irrelevante. Sin embargo, la realidad es que en nuestros tiempos la Inteligencia Artificial se ha vuelto más necesaria que nunca, pues la tecnología está en auge. Por consiguiente, utilizamos en nuestra vida diaria a bots como Alexa, Siri o el asistente de Google, que nos son muy útiles a la hora de manejar nuestro móvil con más facilidad. Entonces, este tipo de programas usualmente nos sirven para pedir una información o hacer una búsqueda rápidamente.
No obstante, hay bots que pueden servir como herramientas en la terapia psicológica. Uno de ellos es Eliza, un programa desarrollado en 1966 que basa su conversación en un esquema de la psicoterapia Rogeriana. Hablar con Eliza se trata de una plática bastante básica, su trabajo no sustituye al de un psicoterapeuta humano, pero puede ser bastante útil para ciertos consultantes. Principalmente, su trabajo se basa en hacer “devoluciones” a su interlocutor. Así, da la sensación de que Eliza está reflexionando acerca del diálogo y parece ser una conversación más profunda de lo que es realmente. Para los estándares actuales del Test de Turing, Eliza fallaría, pues su funcionamiento sería muy primitivo. Pero, en su momento, se trató de un auge tecnológico y ganó un premio por su parecido con una persona.
¿La Inteligencia Artificial podría superar a los humanos?
Como ya he mencionado, la Inteligencia Artificial es muy común en nuestra época y puede ser utilizada con distintos propósitos. Incluso, dentro del área de la psicología. Por tal motivo, la gente suele preguntarse si, en algún momento, las máquinas podrán superar a los humanos y reemplazarlos. Desde la perspectiva de la psicología cognitiva, podemos darle respuesta a esta interrogante.
En primer lugar, hay que tomar en cuenta que las personas contamos con características que las máquinas nunca podrán igualar. Por ejemplo, los seres humanos estamos sesgados por tendencias personales, gustos y prejuicios. Todo esto, nos lleva a comunicarnos de una manera particular, por lo que en nuestros diálogos se incluye el malentendido, la ignorancia, la mentira y el humor. Aunque esto pueda llevarnos a dificultades en nuestras relaciones interpersonales, la autenticidad en la interacción social es un fenómeno único. Entonces, difícilmente será más interesante conversar con una máquina que con un ser humano.
Por otro lado, las máquinas carecen de consciencia y de intencionalidad, solamente realizan una serie de tareas para las que están programadas. En este sentido, sus decisiones no están comandadas por rasgos de su personalidad, como en el caso de las personas. Así, por mucho que pueda sorprendernos el diálogo con una Inteligencia Artificial, debemos tomar en cuenta que sus respuestas no responden a parámetros genuinos ni espontáneos.
Para explicar esto con mayor detenimiento, un programa informático es capaz de regular su funcionamiento tomando en cuenta la información que recibe de su entorno. Pero, esto no genera una solución real, es una ilusión. Por el contrario, un individuo humano, al observar una situación es capaz de captar su sentido y significado. De esta forma, la forma en que una máquina opera se asemeja al de una persona encerrada en una habitación con dos rendijas. Allí, se le proporcionan unos papeles escritos en chino con instrucciones que le indican cómo traducir los caracteres al español, según cierta lógica. La persona no entiende chino, simplemente se limita a transcribir basándose en instrucciones. Así, el que reciba las respuestas podría pensar que el cuarto es inteligente pues es capaz de proporcionar un diálogo coherente en chino. Por tal motivo, siempre se tratará de una inteligencia artificial, pues no hay una capacidad real de interpretar las situaciones mediante valores, perspectivas y paradigmas.
- Ramos, L. (2014). Psicología cognitiva e inteligencia artificial: mitos y verdades. Psicol. 22 (1).
- Santander Universidades, (2021). Test de Turing: ¿pueden las computadoras sustituir a los humanos?. Becas Santander.
- Shah, H., Warwick, K. (2022). El futuro de la comunicación humano-máquina: El Test de Turing. BBVA Openmind.
- https://en.wikipedia.org/wiki/Turing_test