La imaginación es más importante que el conocimiento. Albert Einstein
¿Qué quiere decir integrar los hemisferios?
Quiere decir favorecer la conexión entre los dos hemisferios cerebrales, el izquierdo y el derecho. Vamos a ver a grandes rasgos de qué hablamos cuando hablamos de hemisferios cerebrales.
A nivel estructural nuestro cerebro está formado por el hemisferio derecho e izquierdo, ambos están conectados por la parte central, lo que permite que la información de uno pase al otro y, conjuntamente, procesen la globalidad del mundo. Cada hemisferio está especializado en una serie de funciones.
El hemisferio izquierdo es más analítico, es el encargado de la parte más racional, la lógica, trabaja con palabras, es más rígido, etc. en cambio, el hemisferio derecho se encarga de las funciones creativas, es más intuitivo, perceptivo, trabaja con lenguaje metafórico y simbólico, con imágenes, es más flexible y, en definitiva, más holístico.
Mientras el hemisferio izquierdo se activará más para hacer tareas como cálculos matemáticos, análisis de datos, la compra del supermercado, etc. el hemisferio derecho se activará más cuando escuchamos música, cuando pintamos un cuadro, cuando soñamos despiertos, etc.
¿Con qué grupo de funciones te identificas más?
En nuestra sociedad occidental se ha potenciado y reforzado el uso de unas determinadas funciones en defecto de otras, haciendo creer que unas eran “mejores” que otras, las del hemisferio izquierdo por encima de las del derecho, así se ha generado lo que se denomina el hemisferio dominante. Se ha llegado a etiquetar las funciones del hemisferio derecho como “infantiles”, probablemente porque durante los primeros años de vida es el hemisferio que nos dirige.
Después de décadas este funcionamiento se ha instaurado en el conocimiento que transmitimos los unos a los otros, especialmente en la educación que damos a los más pequeños, potenciando el hemisferio izquierdo desde edades tempranas, y en los valores que idolatramos.
Veamos un ejemplo, se acostumbra a valorar positivamente ser perfeccionista, sobretodo en la esfera laboral, este rasgo comportará ser analítico, meticuloso, rígido, ansioso, etc., a nadie se le acudiría decir que esto no es positivo, ya que puede dar un resultado laboral excelente pero ¿a qué precio? Y no estoy diciendo que esto sea malo de por sí, sino el contrario, pero por desgracia este funcionamiento eclipsa otras funciones, las más intuitivas, perceptivas, distendidas, etc. y esto sí que ocasiona un problema, ya que dejamos de percibir el mundo en su globalidad, disminuyendo nuestra percepción y capacidad de aprendizaje.
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Beneficios de la integración cerebral
Cuando integramos los dos hemisferios nos sentimos en armonía, hecho que pasa cuando las partes se comunican bien. Entonces nos sentimos flexibles, tranquilos, conectados con nosotros mismos y con nuestro entorno, nos relacionamos mejor con los otros ya que aumenta nuestra capacidad de empatía, percibimos de forma holística, etc.
¿Qué podemos hacer para estimular la integración de los dos hemisferios?
Como decimos, cada hemisferio cerebral está especializado en llevar a cabo una serie de tareas, por tanto para promover el hemisferio derecho, que es el que está más carenciado, podemos hacer lo siguiente:
- Reflexionar: la reflexión da espacio para generar respuestas subjetivas y creativas.
- Imaginar: lo podemos hacer a través de leer metáforas, poesía, o por si solos.
- Hacer uso del sentido del humor
- Respirar conscientemente: la respiración es por excelencia uno de los grandes potenciadores del hemisferio derecho, al igual que hacer ejercicios de relajación y meditación que promueves la conciencia corporal y la activación del sistema parasimpático, sistema que nos relaja.
- Sentir el silencio: promueve la propia conciencia
- Disfrutar del arte: darnos tiempo para escuchar la música sin hacer nada más, mirar obras de arte que nos gustan, leer novelas, etc. escoge el arte que te gusta.