El glaucoma es una enfermedad que afecta al nervio óptico debido a un aumento de la presión del globo ocular. Se le ha apodado el «ladrón de la vista» porque genera una pérdida del campo visual de forma lenta pero progresiva, por lo que la dolencia suele ser detectada cuando ya se encuentra en un estadio bastante avanzado.
Cómo se genera el glaucoma
El glaucoma se forma a partir del aumento de la presión en el globo ocular. El fluido que se encuentra en el interior del ojo (llamado el humor vítreo), circula dentro y fuera del ojo. Cuando se frena el flujo fuera del ojo, la presión en el interior se eleva y se produce el glaucoma.
Si no se trata el glaucoma, esta presión que hay sobre el nervio óptico termina dañándolo, causando pérdida del campo visual que puede progresar hasta la ceguera. Por otro lado, una persona puede desarrollar daño en los nervios ópticos a una presión relativamente baja, mientras que otra puede tener la presión ocular alta durante años y sin embargo no desarrollar daño.
El glaucoma crónico produce pérdida del campo visual de forma gradual y durante un largo período tiempo sin otros síntomas. Pero cuando se produce un glaucoma agudo, con frecuencia aparece un dolor punzante en el ojo y visión borrosa, la pupila no consigue hacerse más pequeña cuando hay luz intensa, y a veces puede dar náuseas e incluso vómitos. Esta es una forma poco común de glaucoma, y es una emergencia médica que debe ser tratada quirúrgicamente inmediatamente (preferentemente dentro de las 12 horas) para prevenir la ceguera.
Las alteraciones psicológicas de los pacientes con glaucoma
El glaucoma es la segunda causa principal de ceguera a nivel mundial, después de las cataratas. Sin embargo, debido a que la ceguera que causa es irreversible, el glaucoma se presenta tal vez un desafío aún mayor de salud pública que las cataratas.
Por otro lado, como es una enfermedad asintomática pero crónica, el posible resultado de ceguera a menudo puede suponer una gran carga psicológica en los pacientes. La ansiedad y la depresión son dos alteraciones psicológicas comunes que se producen en los pacientes de glaucoma. Ser mujer, tener una edad no muy avanzada y una carga económica moderada o fuerte, son factores de riesgo añadidos para la ansiedad, mientras que la edad avanzada, la gravedad y la duración del glaucoma son factores de riesgo para la depresión. Todos estos factores son externos, objetivos y por tanto difíciles de cambiar. Sin embargo, existen algunos factores subjetivos que han demostrado estar asociados a alteraciones psicológicas en pacientes con glaucoma. En contraste con los factores objetivos, los factores subjetivos pueden cambiar o ser regulados para de este modo poder aliviar la ansiedad y la depresión de los pacientes.
En este sentido, el apoyo de otras personas que padecen la misma enfermedad es muy importante, ya que ofrece a los pacientes un sentido de pertenencia. En un estudio sobre los problemas psicológicos relacionados con el glaucoma, se pudo constatar que el hecho de poder hablar con otras personas con la misma patología acerca de cómo se las arreglaron con sus limitaciones, resultaba muy útil y más práctico que los consejos recibidos de sus propios médicos.
Prevenir la pérdida de visión
La falta de sintomatología junto con la ignorancia de la naturaleza de la enfermedad, puede retrasar gravemente el inicio del tratamiento del glaucoma, y esto puede dar lugar a una pérdida de visión prevenible.
Debemos tener en cuenta que el glaucoma puede afectar a las personas de todas las edades, desde bebés hasta adultos mayores. Aunque todos tenemos cierto peligro de padecerlo, las personas con mayor riesgo de glaucoma son los mayores de 60 años, los que tienen familiares con antecedentes de glaucoma, las personas de ascendencia africana, los diabéticos, los que usan esteroides de manera prolongada y las personas con presión intraocular elevada (hipertensos oculares).
Los investigadores y los médicos todavía no están seguros de por qué los canales de drenaje del ojo dejan de funcionar correctamente. Lo que sí sabemos es que el glaucoma no se desarrolla por leer mucho, por leer con poca luz, por la dieta, por usar lentes de contacto, ni por otras actividades cotidianas. También sabemos que el glaucoma no es contagioso ni amenaza la vida, y rara vez causa ceguera si se detecta a tiempo y se trata correctamente.