Homero (siglo VIII a. C.) fue un escritor y poeta griego del que se tienen muy pocas referencias sobre su vida, pero al que se le atribuye la autoría de las principales poesías épicas griegas la Ilíada y la Odisea, historias cuyo impacto continúa repercutiendo en nuestra cultura. Fueron el pilar sobre el que se apoyó la escritura épica grecolatina por tanto a la literatura occidental.
No te pierdas estas fantásticas citas que hemos recopilado hoy para ti.
Citas célebres de Homero
De todas las criaturas que respiran y se mueven sobre la tierra, no hay nada que sea más agonizante que el hombre.
La vida es en gran medida una cuestión de expectativas.
Las palabras vacías son malvadas.
La juventud tiene el genio vivo y el juicio débil.
Odio a ese hombre que esconde una cosa en su corazón y habla otra.
Su descenso fue como la caída de la noche.
Llevadera es la labor cuando muchos comparten la fatiga.
Si sirves a muchos maestros, pronto sufrirás.
El sueño es el hermano gemelo de la muerte.
Incluso las penas son una alegría para alguien que recuerda todo lo que forjó y soportó.
Fuera de la vista, fuera de la mente.
Por las buenas o por las malas, este peligro también será algo que recordaremos.
¿No es sagrado, incluso para los dioses, el hombre errante que viene cansado?
Hay un tiempo para muchas palabras, y también hay un tiempo para dormir.
No sé lo que depara el futuro, pero sé quién tiene el futuro en sus manos.
Un hombre que ha pasado por experiencias amargas y ha viajado lejos, disfruta incluso de sus sufrimientos después de un tiempo.
Un amigo con un corazón comprensivo no vale menos que un hermano.
Demasiados reyes pueden arruinar un ejército.
Una pequeña roca retiene una gran ola.

El esclavo pierde la mitad de su alma cuando entra en servidumbre.
No hay mayor fama para un hombre que la que él gana con el trabajo de sus pies o la destreza de sus manos.
No sigas cantando este amargo cuento que desgasta mi corazón.
Incluso un tonto aprende algo una vez que lo golpea.
Sé fuerte, dice mi corazón; soy un soldado; he visto peores lugares que este.
Permítanme no morir sin gloria y sin lucha, pero permítanme primero hacer algo grande que se contará entre los hombres en el más allá.
No envidies la riqueza del prójimo.
El vino puede engañar el ingenio del sabio, pero hacer que el sabio se divierta.
Los inmortales nunca son ajenos el uno al otro.
Pocos hijos son como sus padres; la mayoría son peores, algunos mejores.
Las almas generosas son dóciles.

Ningún hombre o mujer nacido, cobarde o valiente, puede eludir su destino.
Él sabía cómo decir muchas cosas falsas que eran como verdaderos dichos.
Ni el hombre más bravo puede luchar más allá de lo que le permiten sus fuerzas.
¡Cuán propensos a dudar, cuán cautos son los sabios!
La desgracia no es tan grande como para morir por un amigo, como para encontrar un amigo por el que valga la pena morir.
No digas una palabra a favor de la muerte; prefiero ser un siervo pagado en la casa de un pobre y estar por encima del suelo, que el rey de reyes entre los muertos.
La caridad que es insignificante para nosotros puede ser preciosa para los demás.
Ni el hombre más bravo puede luchar más allá de lo que le permiten sus fuerzas.
Nosotros los hombres somos miserables.
¡Cuán tedioso es un cuento contado de nuevo!
Le corresponde a un padre ser intachable si espera que su hijo lo sea.
Zeus no presta su ayuda a los embusteros.
No hay mejor aguijón que la necesidad.
Los mares rugientes y muchas montañas oscuras se encuentran entre nosotros.
La raza de los hombres es como la de las hojas: cuando una generación florece, la otra decae.

¡No mentí! ¡Acabo de crear ficción con mi boca!
Todo hombre sabio ama a la esposa que ha elegido.
Cualquier momento puede ser el último. Todo es más hermoso porque estamos condenados. Nunca serás más adorable de lo que eres ahora. Nunca vamos a estar aquí de nuevo.
Ah, qué descarado, la forma en que estos mortales culpan a los dioses. De nosotros solos, dicen que vienen todas sus miserias, pero ellos mismos con sus propias maneras imprudentes agravan sus dolores más allá de lo que les corresponde.
Los excelsos regalos de los dioses no pueden ser destruidos con facilidad por los mortales hombres, ni pueden hacer ceder a sus fuerzas.
Cada hombre se deleita en el trabajo que más le conviene.
Algunas cosas pensarás de ti mismo,… algunas cosas que Dios te pondrá en la mente.
Nadie puede apresurarme a ir a Hades antes de mi tiempo, pero si llega la hora de un hombre, sea él valiente o sea cobarde, no tendrá escapatoria.
La espada misma incita a actos de violencia.
Los hombres se cansan antes de dormir, de amar, de cantar y bailar que de hacer la guerra.
Aunque en la casa de Hades los muertos se olvidan de sus muertos, aun así tendré en cuenta a mi querido camarada.