La preocupación por la belleza es algo común en la especie humana y el peso corporal suele considerarse un indicador de la misma. Por lo general, en las culturas occidentes, se promueve la idea de que mientras más delgados seamos, más bellos somos. Este tipo de presión social y otros factores pueden generar problemas con alimentación, incluso en momentos delicados como el embarazo. Hoy en día, se usa el término pregorexia para hablar de un trastorno de la alimentación en el embarazo.
Quienes sufren de esta alteración, tienden a seguir patrones de alimentación poco saludables por el temor a ganar peso. A largo plazo, este comportamiento puede traer problemas de salud, no solo para la persona gestante sino también para el feto. Por esa razón, es crucial estar atento a posibles señales que pudieran alertarnos sobre este problema.
¿En qué consiste la pregorexia?
El término se refiere a una condición que se caracteriza por un temor profundo a subir de peso durante el embarazo. En consecuencia, quienes la padecen desarrollan una relación problemática con la comida, reduciendo de manera peligrosa la cantidad de calorías que consumen. A veces, también pueden presentarse otros comportamientos como inducirse el vómito o tener atracones de comida.
La palabra pregorexia proviene de las expresiones anglosajones pregnancy (embarazo) y anorexia. Es importante aclarar desde un principio que no se trata de un trastorno que exista en ningún manual diagnóstico. Este término lo usan algunos especialistas y medios de comunicación para describir comportamientos poco sanos en relación a la comida durante el embarazo.
Según una investigación de Ramussen y Yaktine (2009), un 30% de las mujeres embarazadas no ganan suficiente peso. Aunque, eso no quiere decir que todos los casos se relacionen con trastornos alimenticios. De hecho, debido a que no se trata de una condición que esté en los manuales diagnóstico, no hay mucha investigación al respecto. Por lo tanto, no podemos saber con exactitud cuál son las tasas de prevalencia.
Síntomas de la pregorexia
Como ocurre con la mayoría de los trastornos psicológicos, la pregorexia no se manifiesta de la misma manera en todas las personas. Es común que la afección empiece a desarrollarse de forma gradual y que se agrave a través del tiempo. Algunas señales que pueden indicarnos que alguien padece esta alteración son:
- Preocupación exagerada por la idea de ganar peso. Uno de los primeros indicadores son los pensamientos obsesivos en torno al peso corporal durante el embarazo. A menudo, la persona expresa que no desea engordar y la angustia que esta idea le causa.
- Reducción de la ingesta calórica. Es probable que a causa de la preocupación por el peso, empiecen a eliminar una gran cantidad de calorías de su plato. En casos extremos, puede que se nieguen a comer en lo absoluto.
- Aumento de la actividad física. Con el objetivo de perder peso, es posible que estas personas eleven la intensidad y frecuencia con que ejercitan.
- Sentimiento de rechazo a su cuerpo y el embarazo. A menudo estas personas expresan mucho rechazo por su propio cuerpo y por el proceso de embarazo. Tal vez las escuchemos quejarse sobre cómo el embarazo les hizo perder su figura y lo mal que se sienten por ello.
Causas
De acuerdo con una investigación de Tuncer y Keser (2020), hay varios factores de riesgo que se asocian con la pregorexia. Uno de los principales es el hecho de tener un historial de trastornos alimenticios previo al embarazo. Aunque, hay casos de personas que lo padecen aunque nunca hayan vivido antes con un problema de la conducta alimentaria.
Por otro lado, episodios de abuso sexual y eventos traumáticos estresantes pueden aumentar la predisposición a esta condición. A eso debemos sumarle las presiones sociales que podrían sufrir las personas embarazadas a mantener o bajar de peso. Hoy en día, es común ver a celebridades y otras figuras de influencia hablando sobre cómo es posible mantenerse en forma durante el embarazo. Esto podría actuar como un detonante del deseo por perder peso a toda costa.
Además, recordemos que es natural que durante el embarazo, las personas experimenten cambios de humor a causa de fluctuaciones hormonales. Así, podría ocurrir que los malestares emocionales previos en relación al cuerpo se intensifiquen en la gestación.
¿Cómo se puede tratar?
Al igual que el resto de los trastornos alimenticios, la pregorexia requiere de una intervención multidisciplinaria. En primer lugar, es necesario que el caso esté bajo la supervisión de un psicólogo o psiquiatra. Estos especialistas tienen los medios necesarios para evaluar qué ocurre a nivel emocional y cognitivo en la persona que presenta la condición.
Por otra parte, es fundamental que dentro del equipo esté un médico obstetra que pueda estudiar el estado del embarazo. A largo plazo, este síndrome puede traer problemas al desarrollo fetal y la salud de la persona gestante. También es necesario contar con el apoyo de un médico de atención primaria para examinar posibles afecciones de salud relacionadas con la malnutrición.
De la misma manera, es frecuente que se solicite la opinión de un nutriólogo para determinar el modo más saludable de recuperar el peso normal. Así como también estrategias para mantenerlo bajo control sin comprometer el bienestar.
Por último, los familiares, amigos y pareja deberían ser una red de apoyo para quienes viven con pregorexia. Es importante que se sigan las recomendaciones de los especialistas con el fin de que la persona recupere su salud. De igual modo, es crucial que sean pacientes y comprensivos durante el proceso de tratamiento.
- Rasmussen, K. M., & Yaktine, A. L. (2009). Weight gain during pregnancy: reexamining the guidelines.
- Tuncer, E., GÜMÜŞ, A. B., & Keser, A. (2020). The importance of pregorexia awareness. Clinical and Experimental Health Sciences, 10(3), 186-190.