El sesgo de autoservicio o sesgo por interés personal, en qué consiste

Verificado Redactado por Isbelia Farias. Este artículo ha sido revisado, actualizado y verificado por nuestro equipo de psicólogos por última vez el 24 junio 2022.

El sesgo de autoservicio, también llamado sesgo por interés personal, surge cuando las personas se atribuyen el crédito por sus éxitos, pero no por sus fracasos.

Muchos autores consideran el sesgo de autoservicio como una tendencia autofavorable o sesgo egoísta. Cundo las personas obtiene un éxito se lo atribuyen, pero si se trata de un fracaso, lo atribuyen a causas externas.

El sesgo egoísta es cualquier proceso cognitivo distorsionado por la necesidad de conservar o mejorar la autoestima, lo cual lleva al individuo a percibirse de una forma muy favorable.

Así, ante el éxito, los individuos lo atribuyen a sus propias habilidades y esfuerzos, pero suelen rechazar la retroalimentación negativa, enfocándose en sus logros y pasando por alto sus fallas.

El sesgo de autoservicio y la teoría de los prejuicios egoístas

Esta tendencia perpetúa las ilusiones y el error, pese a que también funciona para mantener la estima del yo. De modo que, un estudiante puede atribuir obtener una buena calificación a su preparación o inteligencia, pero, si obtiene una calificación baja, entonces lo atribuirá a la capacidad de enseñanza del profesor o a las preguntas de la prueba.

El sesgo de autoservicio se puede reflejar en diferentes situaciones, tales como las relaciones interpersonales, laborales, los deportes o algunas decisiones de los consumidores.

La teoría de los prejuicios egoístas comenzó a llamar la atención a final de la década de los sesenta. Se considera que Fritz Heider fue el primero en descubrir las situaciones ambiguas en las que las personas hacían atribuciones con base en sus propias necesidades, con el propósito de mantener la autoestima.

Sin embargo, fue en 1975 cuando Miller y Ross realizaron un estudio en el que, además del sesgo egoísta, también evaluaron las atribuciones de éxitos y fracasos, considerando que el sesgo egoísta creado por las personas era algo racional, que no dependía de la necesidad de autoestima.

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Qué influye para que presentemos un tipo de sesgo egoísta

Son varios los factores que influyen en el sesgo egoísta, tales como la mejora personal o los procesos cognitivos, como el locus de control y la autoestima. Se considera que existen dos tipos de motivación que afectan al sesgo egoísta: la mejora personal y la autopresentación.

En el caso de la superación personal, el objetivo es mantener la autoestima. Cuando se atribuyen los fracasos a factores externos y los éxitos a factores internos, las personas experimentan superación personal. En el caso de la autopresentación, esta se refiere a la necesidad de transmitir una imagen deseada a los demás, haciendo atribuciones egoístas para influir en las impresiones.

El locus de control hace referencia a lo que se cree que tiene control en la vida propia. Las personas con un locus de control interno piensan que tienen control sobre las situaciones y que su accionar es importante. Quienes tienen un locus de control externo, creen que el azar, las fuerzas externas o la suerte son las que determinan las situaciones y que sus acciones no pueden modificar nada.

Los sujetos con un locus de control externo son quienes tienen más tendencia a exhibir un sesgo egoísta, luego de un fracaso. Por otro lado, también se cree, en cuanto al género, que los hombres son los que más atribuyen las interacciones negativas a sus parejas, que las mujeres. Es decir, que los hombres son quienes más exhiben el sesgo egoísta. Respecto a la edad, los adultos mayores son quienes hacen más atribuciones internas para los resultados negativos. Es decir, el sesgo egoísta es menos probable en la tercera edad.

La cultura es otro factor importante cuando se analiza el sesgo de autoservicio, pues, hay sociedades que son más individualistas, como las occidentales, y otras más colectivistas, como las no occidentales, en las que las metas grupales y familiares son más importantes. Las metas individuales en las sociedades individualistas incrementan las necesidades de que las personas protejan su autoestima en dichas culturas.

Autoestima e identidad

Las emociones son capaces de influir en los sentimientos y la autoestima, lo cual lleva a que la persona se vea en la necesidad de proteger su identidad. Por ello, se considera que quienes tienen una autoestima más alta, necesitan más proteger su imagen, así que el sesgo de egoísmo es más usual en estas personas que en aquellos con baja autoestima.

En el ámbito de las relaciones interpersonales, las personas pueden ser más modestas si se encuentran en una relación cercana, es decir, hay menos probabilidad de que use dicha relación para beneficiarse. De manera que, los amigos pueden hacer atribuciones conjuntas, bien sea para el éxito como para el fracaso, mientras que los extraños tienden a mostrar más el sesgo egoísta en cuanto a las atribuciones de responsabilidad.

En el área laboral, cuando la persona es contratada, tiende a atribuirlo a factores personales, pero si esto no sucede, entonces será atribuible a factores externos. Respecto a las víctimas de accidentes laborales, ellas tienden a atribuir dichos accidentes a factores externos, mientras que los compañeros y la dirección, generalmente, lo atribuyen a las propias acciones de las víctimas.

Por otro lado, se ha relacionado al narcisismo con las autoevaluaciones más favorables, pues, este trastorno está asociado con una fuerte autoadmiración, por lo que las percepciones propias se pueden ver influidas.

Sesgo retrospectivo: 3 explicaciones

Bibliografía

  • Forsyth, Donelson (2007). «Sesgo de autoservicio». Enciclopedia Internacional de Ciencias Sociales (PDF)(2ª ed.). Macmillan Reference USA.
  • Myers, DG (2015). Explorando la psicología social, séptima edición. Nueva York: McGraw Hill Education.
  • Zaccaro, Stephen J; Peterson, Christopher; Walker, Steven (1987). «Atribuciones de autoservicio para el desempeño individual y grupal». Psicología Social Trimestral. 50(3): 257–263. doi : 10.2307 / 2786826 . JSTOR  2786826
Isbelia Farias

Licenciada y Máster en filosofía (Universidad del Zulia), maestrante en Orientación en Sexología (CIPPSV) su área está enfocada hacia el bienestar y la sexualidad en la pareja. Posee certificación en coaching (Universidad Autónoma de Barcelona), Fundamentos de la escritura (Tecnológico de Monterrey), Sexualidad, mucho más que sexo (Universidad de los Andes), Psicología Positiva (Universidad Metropolitana de Caracas), diplomada en Logoterapia y Análisis Existencial, Orientación de la Conducta y Psicología Forense.

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