La disgrafía es un trastorno neurológico que le dificulta al individuo expresarse de forma escrita. La escritura es uno de los pilares fundamentales dentro del sistema educativo. Sin embargo, no se da tan fácil para todos.
Quienes padecen de disgrafía suelen tener problema al momento de recordar cómo se forman las palabras, o cómo es el trazo de las letras. Por supuesto, al ser la escritura una competencia elemental, esto trae consigo frustración en el estudiante y es importante destacar que no se trata de que el alumno tenga desmotivación, sino que involucra aspectos de su cerebro. Es por ello que, a muchos niños les cuesta tomar el papel y el lápiz y comenzar a hacer trazos como lo hacen el resto de sus compañeros.
Signos para el diagnóstico de la disgrafía
La palabra disgrafía proviene del término griego “dys que significa ‘impedido’ y grafía, que se traduce como ‘hacer forma de letras a mano’. De allí que la disgrafía también sea considerada como una alteración significativa de la capacidad de expresión escrita.
La disgrafía es un trastorno del aprendizaje que se caracteriza por dificultades en la escritura. Los signos de la disgrafía pueden variar de una persona a otra, pero aquí hay algunos signos comunes a considerar:
- Letra ilegible: La letra de una persona con disgrafía a menudo es ilegible o difícil de leer, incluso para alguien que esté familiarizado con su escritura.
- Dificultades para escribir en línea: Las personas con disgrafía pueden tener dificultades para escribir en línea y pueden escribir palabras que parezcan desordenadas y desorganizadas.
- Dificultades para escribir a mano alzada: Las personas con disgrafía pueden tener dificultades para escribir a mano alzada y pueden preferir escribir con un teclado.
- Problemas de ortografía: Las personas con disgrafía pueden tener problemas para deletrear correctamente las palabras y pueden cometer errores ortográficos comunes.
- Escritura lenta: Las personas con disgrafía a menudo tienen dificultades para escribir rápidamente y pueden necesitar más tiempo que sus compañeros para completar las tareas de escritura.
- Dificultades con la organización y la estructura del texto: Las personas con disgrafía pueden tener dificultades para organizar sus pensamientos y estructurar su escritura en oraciones y párrafos coherentes.
- Dificultades para copiar: Las personas con disgrafía pueden tener dificultades para copiar palabras y frases de un libro o pizarra con precisión.
Esta condición, de igual modo, suele presentar una combinación de déficits en la composición de textos escritos, mostrando errores gramaticales o de puntuación, organización pobre de los párrafos, múltiples errores ortográficos, y grafía muy deficitaria. No se debe diagnosticar si solo existen faltas de ortografía o mala caligrafía.
La disgrafía no tiene por qué deberse a un déficit cognitivo o al haber recibido una escolaridad inadecuada, sino que es multifactorial.
La mayoría de los niños con esta alteración se fatigan en el aula, dado que escribir requiere un gran esfuerzo para ellos; también, les lleva a la falta de atención y a sentir frustración al no poder seguir al mismo ritmo que sus compañeros.
Algo tan aparentemente “sencillo”, como controlar el tamaño o las formas de las letras, puede ser muy agotador para los pequeños con disgrafía y esto, al final, pudiese llevarle incluso al querer abandonar sus estudios.
Características de la disgrafía
En cuanto a las características de la disgrafía, suelen observarse las siguientes:
- Desde que inicia el proceso escolar, a los niños les toma mucho esfuerzo escribir y lo hacen más despacio que el resto de la clase.
- Aparece al inicio de la escolarización y puede ir en aumento;
- Los trazos no son uniformes;
- Diferentes tamaños en las letras y las palabras en general;
- Movimientos lentos al escribir, rígidos y tensos;
- Dificultad para organizar cada letra dentro de una palabra, o una palabra dentro de una oración;
- Postura incorrecta al momento de escribir;
- Falta de control en la presión que se ejerce en el lápiz;
- Letra, o grafía, muy difícil de comprender;
- Escritura en forma de espejo, es decir, como si fuesen un espejo, al revés;
- Espacios irregulares o incorrectos en las letras, palabras, o sílabas;
- Presentación deficiente de los trabajos como consecuencia de haber hecho varios intentos al borrar las palabras para reescribirlas;
- Uso incorrecto de letras mayúsculas y minúsculas;
- Omisión de letras;
- Texto con inclinaciones, entre otras.
Inicio y curso del trastorno
La disgrafía suele aparecer en la infancia, cuando los niños comienzan a aprender a escribir, y puede persistir hasta la edad adulta si no se trata adecuadamente. Aunque pueden notarse signos en preescolar o al principio del curso 1 ° de básica, no se suele diagnosticar hasta finalizar este curso, y es habitual que el trastorno se ponga de manifiesto en el 2º curso. Se conoce poco sobre su pronóstico a largo plazo.
Los signos de la disgrafía pueden incluir dificultades para escribir letras y palabras legibles y organizadas, dificultades para escribir en línea y dificultades para estructurar y organizar su escritura en oraciones y párrafos coherentes. Con el tiempo, la disgrafía puede afectar el desarrollo académico y la autoestima del niño, especialmente si experimenta dificultades en la escuela y en situaciones sociales.
A medida que el niño crece, las dificultades de la disgrafía pueden cambiar y manifestarse de diferentes maneras. Por ejemplo, el niño puede tener dificultades para escribir a mano alzada, para deletrear correctamente las palabras o para copiar palabras y frases de un libro o pizarra con precisión. Además, la disgrafía puede tener un impacto en la autoestima y la confianza del niño, especialmente si experimenta dificultades en la escuela y en situaciones sociales.
Es importante destacar que la disgrafía no desaparece por sí sola y que, si no se trata adecuadamente, puede persistir hasta la edad adulta y afectar la calidad de vida de la persona. Por lo tanto, es importante buscar ayuda profesional lo antes posible para diagnosticar y tratar la disgrafía de manera efectiva, utilizando terapia educativa especializada, entrenamiento de habilidades cognitivas y otras técnicas específicas para mejorar las habilidades de escritura del niño.
Tratamiento de la disgrafía
El tratamiento de la disgrafía implica abordar las dificultades específicas de la persona en la escritura y mejorar sus habilidades de escritura. El tratamiento puede incluir terapia educativa especializada, entrenamiento de habilidades cognitivas, y apoyo emocional y psicológico para ayudar a la persona a manejar las dificultades que enfrentan en su vida diaria.
Algunas de las técnicas y estrategias que se pueden utilizar en el tratamiento de la disgrafía incluyen:
- Ejercicios para mejorar la motricidad fina: Los ejercicios específicos para mejorar la motricidad fina pueden ayudar a la persona a desarrollar habilidades motoras finas y precisas necesarias para la escritura.
- Entrenamiento en la técnica de escritura: La enseñanza de técnicas adecuadas de escritura, como la postura adecuada, el agarre del lápiz y la dirección del trazo, puede mejorar la capacidad de la persona para escribir de manera efectiva.
- Ejercicios para mejorar la ortografía: Los ejercicios para mejorar la ortografía pueden ayudar a la persona a aprender las reglas ortográficas y a deletrear correctamente las palabras.
- Entrenamiento en el uso de tecnología de apoyo: El uso de tecnología de apoyo, como programas de procesamiento de texto, puede ayudar a la persona a escribir de manera más efectiva y a corregir errores ortográficos.
- Terapia emocional y psicológica: La terapia emocional y psicológica puede ayudar a la persona a manejar la ansiedad, el estrés y la frustración relacionados con la disgrafía y a mejorar su autoestima y confianza.
Antes de llamar a un chico “descuidado” o “perezoso”, se debe observar qué sucede realmente con su desempeño, ya que este tipo de descalificativos suelen afectar su autoestima, así como también les causa una mayor ansiedad, adicional a la que ya viven en el aula.
Es importante también que el niño descanse antes de proceder con la revisión de su texto. Igualmente, se sugiere hacer una lista ordenada que incluya algunas tareas como, comprobación de la ortografía, gramática, orden de ideas, limpieza, entre otros.
En casa, también se pueden hacer algunas tareas adicionales, tales como practicar usando el teclado; descargar aplicaciones de voz para que las palabras sean traducidas a texto y el pequeño observe, entre otras. Pero, sobre todo, se debe evitar lesionar las emociones de los pequeños que viven con esta condición de disgrafía.
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