El amor sano no controla, no hiere, no manipula; construye un espacio donde ambos puedan ser ellos mismos.
Control excesivo: María y Juan llevan saliendo dos años. En un principio, a María le encantaba que Juan quisiera saber qué hacía durante el día, pero con el tiempo empezó a notar que él revisaba sus redes sociales, le pedía capturas de pantalla de las conversaciones con sus amigos y le exigía que le avisara cada vez que salía de casa. Aunque Juan argumenta que lo hace «por amor y preocupación», María comienza a sentirse vigilada y sin libertad.
Red flag: La necesidad de control disfraza la falta de confianza y puede derivar en comportamientos posesivos.
Falta de respeto recurrente: Luis y Carla discuten con frecuencia, algo que consideran «normal» en cualquier pareja. Sin embargo, cada vez que tienen un desacuerdo, Carla tiende a usar insultos o descalificaciones como «eres un inútil» o «nadie te aguantaría más que yo». Luis se siente herido, pero evita hablar del tema porque teme que las cosas empeoren.
Red flag: Los insultos y la descalificación constante son signos de falta de respeto que deterioran la autoestima y la confianza en la relación.
Evitación de responsabilidad emocional: Ana lleva meses sintiéndose insatisfecha en su relación con Pedro. Ha intentado hablar con él sobre cómo se siente, pero Pedro siempre responde con frases como «No exageres, todo está bien» o cambia de tema. Cada vez que Ana expresa sus emociones, Pedro las minimiza o las ignora, lo que la hace sentir que sus necesidades no son importantes.
Red flag: La falta de empatía y de disposición para abordar problemas emocionales refleja inmadurez emocional y desconexión.
Celos constantes: Daniel está saliendo con Sofía y se siente inseguro cada vez que ella menciona a un amigo hombre o sale a reuniones con colegas. Aunque Sofía le asegura que no hay nada de qué preocuparse, Daniel comienza a prohibirle ciertas actividades y la presiona para que deje de hablar con algunos amigos. Ella cede para evitar conflictos, pero empieza a sentirse sofocada.
Red flag: Los celos desproporcionados pueden ser un indicativo de inseguridades profundas que afectan la dinámica de la relación.
Inconsistencia y manipulación: Paola y Jorge tienen una relación llena de altibajos. Jorge puede ser encantador y cariñoso en un momento, pero al siguiente se vuelve frío y distante. Cuando Paola intenta entender qué ocurre, Jorge la culpa de todo, diciendo que sus «reacciones exageradas» son el problema. Paola empieza a dudar de sí misma y a sentirse responsable de mantener la relación estable.
Red flag: La manipulación emocional y los cambios de comportamiento impredecibles son señales de dinámicas tóxicas que generan confusión y dependencia.
¿Qué tienen en común estos personajes? Comparten una tendencia a ignorar, minimizar o tolerar comportamientos tóxicos, ya sea por inseguridad, falta de herramientas emocionales o el deseo de salvar la relación a toda costa. Estas actitudes subrayan la importancia de aprender a identificar y abordar las «red flags», banderas de alerta o banderas rojas, antes de que se conviertan en patrones destructivos.
Introducción
El amor no se trata de soportar, se trata de compartir. Si duele más de lo que alegra, es momento de replantearlo.
El amor, en su esencia, es un vínculo que debería ofrecer seguridad, alegría y crecimiento mutuo. Sin embargo, no todas las relaciones avanzan en un terreno firme. Muchas veces, el afecto y la ilusión pueden crear una niebla mental y distorsionar nuestra percepción, dificultando la identificación de comportamientos o actitudes que, lejos de nutrir la relación, la erosionan poco a poco. Estas señales de alerta, conocidas como «red flags», pueden ser determinantes en la calidad y en el futuro de un vínculo amoroso.
Una bandera roja, red flag o una señal de alarma en una relación de pareja, indica qué desde el noviazgo, algo no va bien, que hay actitudes disfrazadas de afecto, amor o atenciones, que en realidad significan: manipulación, chantaje, lucha por el poder, asimetrías, violencia o agresión para tener el control. Y, ello la convierte en una relación tóxica. Las relaciones tóxicas se definen por dos características principales: desequilibrios de poder y ciclos entre el buen y el mal trato (Dutton y Painter, 1981).
Una «red flag» no necesariamente implica el fin de una relación, pero sí es un llamado de atención que nos invita a reflexionar y analizar la dinámica que estamos viviendo. Algunas de estas señales son obvias, como el abuso físico o emocional, mientras que otras pueden ser sutiles, como el control encubierto, la manipulación o la falta de respeto en pequeñas acciones cotidianas.
Es importante entender que ignorar estas banderas rojas no solo perpetúa el daño, sino que también contribuye a una relación disfuncional que puede impactar en nuestra salud emocional, autoestima y capacidad para establecer vínculos sanos en el futuro. Al identificar estas señales, tenemos la oportunidad de tomar decisiones conscientes y responsables para protegernos a nosotros mismos y a nuestra pareja.
Origen de las banderas rojas o banderas de alerta
Reconocer una ‘red flag’ no es el fin de una relación, es el inicio de una oportunidad para sanar y crecer.
En el presente artículo, se exploran algunas de las «red flags» más comunes, cómo reconocerlas a tiempo y qué pasos podemos dar para enfrentar estas situaciones. Porque cuando hablamos de amor, no se trata solo de sentir, sino de construir un espacio en el que ambos puedan crecer y florecer juntos.
Algunas señales que confundimos con amor, son: tener límites borrosos, faltas de respeto, groserías, manipulación, control, abusos (físicos y emocionales) y relaciones coercitivas.
Cuando toleramos cosas malas, suponemos que también hay cosas buenas. Algunas explicaciones platean que la confusión del maltrato con el amor, es que este es percibido como un beneficio. La teoría del intercambio social, dice que en las relaciones humanas esperamos invertir poco y ganar mucho. Algunos postulados de neurociencia hablan de la expectativa de la felicidad: si hemos recibido cosas satisfactorias, esperamos que tarde o temprano, volverán a llegar.
Y, en la teoría del apego, cuando se establece un vínculo de apego por trauma; supone que alguno de los miembros o ambos, han normalizado el mal trato desde la niñez con sus padres o cuidadores y no perciben el mal trato, porque este es un tipo de convivencia, ya normalizada, desde edades tempranas. Y, las personas se unen a través de sus patologías o ciclos emocionales, no resueltos. O incluso, si las relaciones de pareja anteriores han sido tóxicas, la interacción de malos tratos se ha normalizado.
A través del equipo de las parejas disparejas en radio, del IMER en la ciudad de México, que conducen los doctores en Desarrollo Humano: Fidelia Martínez y Juan Antonio Barrera, se llevó a cabo una investigación cualitativa para identificar las factores: Biológicos, Psicológicos, Sociales y Socioculturales, que explican la etiología de las banderas rojas o red flags que crean el caldo de cultivo desde las etapas de noviazgo, que serán el semillero para crear los conflictos prematuros en las relaciones de pareja tóxicas, los cuales se presentan a continuación:
Factores que originan las «Red Flags» en el amor
Las «red flags» en las relaciones de pareja son señales de alerta, que indican dinámicas problemáticas que, si no se abordan a tiempo, pueden deteriorar: la conexión emocional, la confianza y el bienestar de quienes participan en ellas. Estas señales no surgen de la nada; su origen puede encontrarse en diversos factores psicológicos, sociales, culturales y biológicos que interactúan de manera compleja, y en donde todos ellos, se relacionan unos con otros, en un todo sin totalizar.
Comprender estos factores es fundamental para prevenir, identificar y manejar estas dinámicas dañinas.
1. Factor Biológico
El respeto mutuo es la base de toda relación sana; sin él, el amor se convierte en una lucha de poder.
Desde una perspectiva biológica, los neurotransmisores y las hormonas tienen un papel importante en la formación y el mantenimiento de las relaciones. La dopamina, asociada al placer, y la oxitocina, relacionada con el apego, pueden generar una sensación de dependencia emocional que dificulta la identificación de las «red flags».
Además, rasgos temperamentales innatos y alteraciones neuroquímicas pueden predisponer a reacciones desproporcionadas frente a conflictos. Por ejemplo, una persona con niveles elevados de cortisol debido al estrés crónico podría tener dificultad para manejar las tensiones relacionales de manera saludable.
- Alteraciones neuroquímicas: Desequilibrios en neurotransmisores como la dopamina o la serotonina, que afectan la forma de percibir y reaccionar en una relación. La dopamina y la serotonina se liberan durante el enamoramiento. Sin embargo, cuando una relación termina, estos neurotransmisores bajan disminuyendo el estado de placer y provocando malestar.
- Temperamento innato: Rasgos de personalidad heredados que influyen en la forma de manejar el estrés o los conflictos. Es indudable que tenemos una carga genética para bien o para mal, pero cuando se combina con un ambiente adverso, se altera nuestra sociabilidad, emocionalidad y respuestas ante eventos percibidos como estresantes.
- Hormonas: Factores como el estrés (aumento de cortisol) o la respuesta sexual (oxitocina y dopamina) pueden influir en la percepción de apego y amor. El apego son los cuidados físicos y la seguridad emocional que una persona le proporciona a otra. Está asociada a la cercanía, y empieza con los abrazos. Bajan el grado de estrés, pero solo cuando la otra persona lo permite. Luego entonces, la oxitocina, está relacionada con los comportamientos sociales y el comportamiento maternal y parental.
- Salud mental y física: Condiciones biológicas o médicas que afecten el bienestar general, aumentando la vulnerabilidad emocional. Gozar de un equilibrio entre la salud física y emocional, permite a las parejas: enfrentar el estrés, desarrollar actividades plenamente, ser más productivos de forma individual y grupal, contribuir a crear ambientes personales y sociales, mantener buenas relaciones con los demás y alcanzar sus metas potenciales.
2. Factor Psicológico
No confundas celos con amor ni control con cuidado; el amor auténtico no necesita cadenas.
La base psicológica de las «red flags» radica en las experiencias personales y emocionales que moldean la forma en que las personas se relacionan. Baja autoestima, inseguridades emocionales y traumas no resueltos son algunos de los elementos que predisponen a comportamientos como la manipulación o el control excesivo.
Por ejemplo, una persona que ha experimentado abandono en el pasado puede desarrollar un apego ansioso, manifestándose en celos o necesidad de vigilancia constante hacia su pareja. Además, la falta de inteligencia emocional dificulta el manejo de conflictos y el establecimiento de límites saludables, perpetuando patrones tóxicos.
- Baja autoestima: Dificultad para valorarse a sí mismo, lo que lleva a tolerar comportamientos tóxicos o a desarrollar dinámicas de control. “Sufren apego emocional tóxico hombres y mujeres cuya estima ha sido tan manipulada que no pueden verse a sí mismos como seres completos y aptos para alcanzar todo lo que se propongan. Son personas que han asumido como verdadero que el otro es más importante que ellos mismos”. (Stamateas, 2012, p. 62).
- Inseguridad emocional: Miedo al abandono o al rechazo que desencadena celos, posesividad y dependencia emocional.
- Traumas emocionales previos: Experiencias negativas pasadas, como abuso emocional o rupturas dolorosas, que afectan la forma de relacionarse.
- Dificultad para manejar emociones: Incapacidad para gestionar la ira, los celos o la frustración, lo que genera conductas agresivas o evitativas.
- Falta de inteligencia emocional: Poca empatía, dificultad para reconocer las emociones de los demás y para comunicarse de forma efectiva.
- Modelos familiares disfuncionales: Quienes crecieron en entornos donde el abuso, la manipulación o la falta de respeto eran comunes pueden normalizar estos comportamientos en sus propias relaciones.
- Trastornos de la personalidad: Condiciones como el narcisismo o el trastorno límite de la personalidad pueden contribuir a comportamientos manipuladores, despectivos o controladores.
- Comunicación deficiente: La falta de habilidades para expresar necesidades y resolver conflictos de manera asertiva puede desencadenar dinámicas tóxicas.
3. Factor Social
A veces, la mejor forma de salvarte a ti mismo es dejar ir lo que te lastima.
El entorno social también juega un papel importante en el origen de las «red flags». La presión por mantener una relación, la normalización de comportamientos tóxicos y la influencia de amigos o familiares que refuerzan dinámicas dañinas pueden llevar a las personas a ignorar o justificar estas señales de alerta.
Asimismo, la ausencia de redes de apoyo social hace que muchas personas permanezcan en relaciones perjudiciales por miedo a enfrentar el juicio social o la soledad. Las expectativas sociales de «soportar todo por amor» contribuyen a tolerar dinámicas que deberían ser confrontadas y corregidas.
- Presión social: Expectativas de mantener una relación a toda costa, evitando el juicio de la familia o la sociedad.
- Influencia del entorno: Amigos o familiares que refuerzan comportamientos tóxicos o que minimizan las «red flags».
- Falta de apoyo social: Sentimiento de aislamiento o carencia de redes de apoyo que impidan buscar ayuda o consejo.
- Normalización de relaciones tóxicas: La aceptación social de comportamientos como los celos o el control como “pruebas de amor”.
4. Factor Cultural
Amarte a ti mismo lo suficiente como para alejarte de lo que te lastima es el acto de amor más valiente que puedes hacer.
El factor cultural refuerza ciertas creencias que perpetúan las «red flags». Los roles de género tradicionales, que asignan el control o la sumisión a uno de los miembros de la pareja, pueden justificar comportamientos como el control financiero o la desvalorización emocional.
Además, la romantización del sufrimiento en el amor —reflejada en frases como «el amor todo lo puede»— normaliza las relaciones disfuncionales.
La influencia de los medios de comunicación también es significativa, ya que muchas veces glorifican comportamientos como los celos o el control bajo el pretexto de ser «muestras de amor».
- Roles de género tradicionales: Expectativas sobre cómo deben comportarse los hombres y las mujeres en las relaciones, a menudo perpetuando desigualdades de poder.
- Romantización del sufrimiento en el amor: La creencia de que el amor debe ser sufrido y que los problemas se superan con «paciencia» o sacrificio.
- Estigmatización del fracaso amoroso: El temor a ser visto como alguien que «no pudo mantener la relación» puede llevar a tolerar comportamientos nocivos.
- Influencias mediáticas: Películas, música y literatura que idealizan relaciones tóxicas, reforzando dinámicas disfuncionales.
Un enfoque integral
Las «red flags» son el resultado de la interacción de múltiples factores que influyen en la percepción y las dinámicas de las relaciones. Abordar estas señales requiere autoconocimiento, comunicación asertiva y, en muchos casos, apoyo profesional.
Identificar los factores subyacentes permite no solo prevenir el deterioro de las relaciones, sino también construir vínculos más sólidos y saludables basados en el respeto mutuo y la comprensión.
Investigaciones sobre las «Red Flags» en las relaciones de pareja
El amor auténtico no teme a las conversaciones difíciles, porque entiende que el respeto y la comunicación son más fuertes que cualquier conflicto.
El estudio de las «red flags» en las relaciones de pareja ha capturado la atención de psicólogos, sociólogos y otros expertos en el ámbito de las relaciones humanas. Estas señales de alerta, que pueden manifestarse como celos, manipulación, falta de respeto o control excesivo, no solo afectan la dinámica de la pareja, sino también el bienestar emocional y psicológico de las personas involucradas.
Numerosas investigaciones han explorado las causas, manifestaciones y consecuencias de estas señales, así como los factores que las originan. Desde perspectivas psicológicas, sociales, culturales y biológicas, los estudios han revelado patrones comunes que ayudan a comprender cómo se desarrollan estas dinámicas y por qué pueden pasar desapercibidas o ser justificadas en las primeras etapas de una relación.
En este apartado, revisaremos estudios clave que ofrecen una visión integral sobre el tema, destacando sus hallazgos más relevantes. Estos trabajos no solo aportan conocimiento teórico, sino que también proporcionan herramientas prácticas para identificar y abordar estas señales, promoviendo relaciones más saludables y conscientes.
A través de estas investigaciones, se hace evidente que la identificación temprana de las «red flags» y su manejo adecuado son esenciales para prevenir el deterioro de las relaciones y fomentar vínculos basados en el respeto, la confianza y el crecimiento mutuo.
A continuación, profundizaremos en estos estudios y en los aspectos más importantes que contribuyen a una comprensión más clara y completa de las «red flags» en el amor. Se presentan investigaciones relevantes, organizadas según factores: psicológicos, sociales, culturales y biológicos.
1. Factores Psicológicos
Elección de pareja: factores psicológicos y biológicos
- Colegio de Psicólogos de San Juan. (s.f.) Resumen: Este estudio analiza cómo diversos factores psicológicos, como la personalidad y la satisfacción de necesidades, influyen en la elección de pareja. Se destaca que los rasgos de personalidad y la satisfacción de necesidades son criterios relevantes en la selección de pareja, mientras que el atractivo físico y la similitud de intereses personales son menos determinantes.
13 banderas rojas («red flags») en una relación
- INSPIRA. (2020) Resumen: Este artículo identifica y describe 13 señales de alerta en las relaciones de pareja, se destacan entre otras: la manipulación, el alcoholismo o consumo de sustancias, celos y desconfianza, acciones violentas, ser irresponsable, inmaduro e impredecible, constantemente sobrepasan tus límites, el control excesivo y la falta de comunicación. Se enfatiza la importancia de reconocer estas señales tempranamente para prevenir dinámicas tóxicas.
2. Factores Sociales
Revisión de la investigación sobre relaciones de pareja en países de habla hispana
- García, F. E., & Alvear, A. (2018). Resumen: Esta revisión analiza investigaciones sobre relaciones de pareja en países hispanohablantes, destacando la influencia de factores sociales como la comunicación y el apoyo social en la satisfacción y estabilidad de las relaciones.
Red flags: señales de alerta en las relaciones de pareja
- Gaceta UNAM. (2021). Resumen: El artículo aborda cómo ciertas señales de alerta en las relaciones pueden estar influenciadas por factores sociales, como la normalización de conductas tóxicas y la presión social para mantener una relación, incluso cuando es perjudicial.
3. Factores Culturales
Aproximación al concepto de pareja
- Díaz-Loving, R., & Rivera Aragón, S. (2017). Resumen: Este estudio explora cómo los mitos y estereotipos culturales sobre el amor y la pareja influyen en la formación y mantenimiento de las relaciones, afectando la percepción de las «red flags». Concluyen que, existe acuerdo al señalar que la pareja como sistema complejo está en constante cambio y que al estudiar esta relación es necesario considerar el contexto histórico, cultural y social en el cual se establece. (Arés Muzio, 2000; Ceberio, 2007; Díaz-Loving, y Rivera, 2010; Pittman, 2003).
Factores biológicos y culturales en la selección de pareja en estudiantes de pregrado
- Cardozo Cajamarca, V. L. (2016). Resumen: Este estudio evaluó 22 características de selección de pareja, tanto biológicas como culturales, en estudiantes universitarios, analizando su importancia según el sexo y destacando la influencia de factores culturales en la elección de pareja. Se encontró que, tanto para hombres como para mujeres, la característica de la fidelidad/honestidad es la más importante. Ambos sexos indicaron tener un bajo interés en tener hijos o hijas, demostrado así una inclinación, en donde se inhibe el fin biológico de pasar los genes a la siguiente generación
4. Factores Biológicos
Variables biopsicosociales que influyen en la infidelidad de parejas
- Universidad El Bosque. (s.f.). Resumen: Esta investigación aborda cómo factores biológicos, psicológicos y sociales interactúan en la incidencia de la infidelidad en las relaciones de pareja, considerando aspectos como la genética, la personalidad y el entorno social.
El amor en las ciencias sociales: cuatro visiones teóricas
- Rodríguez Salazar, T. (2012). Resumen: Este artículo presenta un recorrido por cuatro enfoques teóricos sobre el amor en las ciencias sociales, incluyendo perspectivas que consideran factores biológicos en la formación y mantenimiento de las relaciones de pareja. En la investigación académica, como en la vida cotidiana, la palabra «amor» se usa de múltiples maneras, que no hay consensos en su definición, que algunos incluso niegan la posibilidad o necesidad de definirlo, o que se usa para aludir realidades más amplias.
Estas investigaciones ofrecen una comprensión integral de las «red flags» en las relaciones de pareja, considerando la interacción de factores psicológicos, sociales, culturales y biológicos. Reconocer y abordar estos factores es esencial para fomentar relaciones saludables y prevenir dinámicas perjudiciales.
Mitos y realidades sobre las «Red Flags» en el amor
Muchas veces terminamos tolerando cosas malas en una relación, porque también, simbólicamente encontramos cosas buenas, aunque estas sean mínimas.
A menudo, las señales de alerta en las relaciones están rodeadas de mitos que dificultan su reconocimiento y manejo. Separar las creencias erróneas de la realidad es clave para entender qué son las «red flags» y cómo afectan nuestras relaciones.
Aquí presentamos algunos de los mitos más comunes y sus realidades:
Mito: «Los celos son una prueba de amor.»
- Realidad: Los celos no son una demostración de amor, sino de inseguridad o falta de confianza. En una relación sana, no es necesario controlar o limitar la libertad de la pareja. El amor se basa en la confianza mutua, no en la posesión.
Mito: «Si te ama, cambiará.»
- Realidad: El cambio solo ocurre si la persona está dispuesta a trabajar en sus comportamientos. Permanecer en una relación tóxica con la esperanza de que el otro cambie puede prolongar el sufrimiento. El amor no debe ser condicionado a la expectativa de transformación.
Mito: «Todas las relaciones tienen problemas, esto es normal.»
- Realidad: Si bien las diferencias y los desacuerdos son normales, las dinámicas tóxicas, como el abuso emocional, la manipulación o el control, no lo son. Reconocer esta diferencia es esencial para no justificar comportamientos dañinos.
Mito: «Las discusiones constantes fortalecen la relación.»
- Realidad: Las discusiones no resueltas o cargadas de falta de respeto desgastan la relación y afectan la autoestima de quienes participan en ellas. Las diferencias deben abordarse desde la comunicación asertiva y el respeto mutuo.
Mito: «Es normal ceder en todo por amor.»
- Realidad: El amor no debe implicar la pérdida de la propia identidad ni la renuncia a las necesidades individuales. En una relación sana, ambos miembros deben encontrar un equilibrio donde se respeten sus deseos y límites.
Mito: «Si ignoro el problema, desaparecerá.»
- Realidad: Ignorar las «red flags» solo perpetúa los patrones tóxicos. Enfrentar los problemas y buscar soluciones es la única forma de cambiar las dinámicas dañinas.
Mito: «El control y la vigilancia son parte de cuidar a tu pareja.»
- Realidad: Controlar a la pareja, revisar sus redes sociales o limitar su libertad no es cuidado, es una forma de abuso emocional. El verdadero cuidado respeta la individualidad y la autonomía del otro.
Mito: «El amor todo lo puede.»
- Realidad: Aunque el amor es importante, no es suficiente para mantener una relación saludable si no hay respeto, comunicación y compromiso de ambas partes. El amor no debería ser una excusa para tolerar comportamientos dañinos.
Mito: «Si lo confrontas, te dejará.»
- Realidad: Hablar sobre problemas no debería ser una amenaza para la relación. Si una pareja no está dispuesta a dialogar o enfrentar sus problemas, esa es una «red flag» en sí misma.
Mito: «Las ‘red flags’ siempre son obvias.»
- Realidad: Muchas «red flags» pueden ser sutiles al principio, como pequeños comentarios despectivos o comportamientos posesivos disfrazados de preocupación. Es importante estar atento a las señales, incluso las más pequeñas.
Comprender los mitos y las realidades nos ayuda a tomar decisiones más conscientes y a construir relaciones basadas en el respeto, la confianza y la reciprocidad.
Alternativas de solución: construyendo relaciones saludables
Cada señal ignorada es un paso más hacia una relación que no te permite ser libre. Escucha tu intuición.
Reconocer las «red flags» en una relación es el primer paso para abordar dinámicas problemáticas, pero el verdadero cambio requiere acción consciente y herramientas efectivas. Identificar estas señales no significa necesariamente el fin de una relación; en muchos casos, representa una oportunidad para reflexionar, establecer límites y trabajar en la construcción de un vínculo más saludable y equilibrado.
A continuación, exploraremos alternativas de solución que pueden ayudar a manejar estas señales de alerta. Estas estrategias, basadas en investigaciones y prácticas terapéuticas, buscan fomentar la comunicación asertiva, el autoconocimiento y el respeto mutuo, pilares fundamentales para una relación sólida. Asimismo, se abordarán acciones tanto individuales como en pareja, con el objetivo de promover un espacio emocional seguro y funcional.
Desde la importancia de establecer límites claros hasta la necesidad de buscar ayuda profesional cuando sea necesario, estas alternativas ofrecen un camino hacia relaciones más conscientes y satisfactorias. El cambio no es inmediato ni sencillo, pero con disposición y compromiso, es posible transformar dinámicas tóxicas en relaciones que nutran y fortalezcan a ambas partes.
1. Comunicación asertiva y abierta
- ¿Qué hacer?: Fomentar un espacio seguro donde ambas partes puedan expresar sus emociones, preocupaciones y necesidades sin temor a ser juzgadas o rechazadas.
- Cómo implementarlo: Usar el lenguaje «yo» para evitar acusaciones, por ejemplo: «Me siento inseguro cuando no sé qué estás pensando».
- Beneficio: Mejora la confianza mutua y reduce los malentendidos.
2. Establecimiento de límites claros
- ¿Qué hacer?: Definir lo que es aceptable y lo que no dentro de la relación.
- Cómo implementarlo: Conversar sobre expectativas mutuas, como el respeto por la privacidad, la independencia y las actividades individuales.
- Beneficio: Previene dinámicas de control y promueve un equilibrio saludable.
3. Autoconocimiento y trabajo individual
- ¿Qué hacer?: Identificar patrones personales que contribuyen a las dinámicas tóxicas, como inseguridades o comportamientos aprendidos.
- Cómo implementarlo: Reflexionar sobre experiencias pasadas, explorar emociones y, si es necesario, trabajar con un terapeuta.
- Beneficio: Ayuda a reconocer y modificar comportamientos dañinos, fortaleciendo la relación.
4. Terapia de pareja
- ¿Qué hacer?: Buscar ayuda profesional para abordar problemas profundos y mejorar la dinámica de la relación.
- Cómo implementarlo: Participar en sesiones regulares con un terapeuta especializado en relaciones de pareja.
- Beneficio: Proporciona herramientas para resolver conflictos, mejorar la comunicación y fortalecer el vínculo emocional.
5. Fortalecer la autoestima y la independencia
- ¿Qué hacer?: Trabajar en la autoestima individual para evitar depender emocionalmente de la pareja.
- Cómo implementarlo: Fomentar intereses propios, practicar el autocuidado y rodearse de una red de apoyo.
- Beneficio: Promueve relaciones más equilibradas y menos dependientes.
6. Reconocimiento de la toxicidad y decisión de separarse
- ¿Qué hacer?: Si las «red flags» persisten y la relación es insostenible, considerar terminarla.
- Cómo implementarlo: Reflexionar sobre los costos emocionales de continuar y priorizar el bienestar personal.
- Beneficio: Permite salir de una dinámica dañina y abrirse a nuevas oportunidades de crecimiento.
7. Fomentar el respeto mutuo
- ¿Qué hacer?: Valorar las diferencias individuales y aceptar que cada miembro de la pareja tiene sus propias necesidades y perspectivas.
- Cómo implementarlo: Practicar la empatía, escuchar activamente y validar las emociones de la otra persona.
- Beneficio: Reduce los conflictos y fortalece la conexión emocional.
8. Educación y conciencia sobre relaciones saludables
- ¿Qué hacer?: Aprender sobre dinámicas de pareja saludables y cómo identificarlas.
- Cómo implementarlo: Participar en talleres, leer sobre el tema o consultar recursos confiables.
- Beneficio: Empodera a las personas para tomar decisiones informadas sobre sus relaciones.
9. Tiempo para reflexionar
- ¿Qué hacer?: Tomar un descanso de la relación si es necesario, para evaluar los sentimientos y las dinámicas sin presión.
- Cómo implementarlo: Acordar un período de separación temporal para reflexionar de manera individual.
- Beneficio: Ayuda a obtener claridad y perspectiva sobre la relación.
10. Responsabilidad mutua
- ¿Qué hacer?: Reconocer que ambas partes tienen un papel en la construcción de la relación y en la solución de problemas.
- Cómo implementarlo: Trabajar en equipo para identificar áreas de mejora y comprometerse con el cambio.
- Beneficio: Refuerza el compromiso mutuo y promueve una relación más equilibrada.
Al implementar estas alternativas, es importante recordar que las relaciones saludables se basan en el respeto, la comunicación y el crecimiento mutuo. Si bien algunos problemas pueden resolverse, otros pueden ser señales de que es momento de priorizar el bienestar personal y tomar decisiones difíciles, pero necesarias.
Conclusiones
Ignorar las señales de alerta en una relación es como construir una casa sobre un terreno inestable: tarde o temprano, todo puede derrumbarse.
- Las relaciones de pareja, en su complejidad, pueden ser espacios de amor, crecimiento y apoyo mutuo, pero también pueden albergar dinámicas dañinas que deben ser identificadas y abordadas a tiempo. Las «red flags» son señales de alerta que nos indican problemas en la relación, y su reconocimiento temprano es esencial para prevenir consecuencias emocionales, psicológicas y sociales más profundas.
- A lo largo de este análisis, hemos explorado cómo factores psicológicos, sociales, culturales y biológicos influyen en la aparición de estas señales. Desde inseguridades personales hasta presiones culturales y desequilibrios en las dinámicas de poder, las «red flags» son el resultado de múltiples interacciones que deben entenderse de manera integral. Este conocimiento permite no solo identificarlas, sino también actuar de manera consciente para transformar relaciones tóxicas en vínculos más saludables.
- Entre las soluciones planteadas destacan la comunicación asertiva, el establecimiento de límites claros, el autoconocimiento y el trabajo individual, así como la búsqueda de apoyo profesional en casos necesarios. Estas estrategias no solo abordan las «red flags», sino que también promueven una base sólida para construir relaciones basadas en el respeto, la confianza y el crecimiento mutuo.
- En la paradoja, muchas veces, no estamos dispuestos de dejar ir una relación con muchas banderas rojas, porque cuando hay un alejamiento, se rompe el desequilibrio disfuncional, y se vuelve a reiniciar el circuito con acciones de buen trato o luna de miel, a pesar de haberse presentado indicios de violencia, porque eso se confunde con amor.
- Finalmente, es importante destacar que no todas las relaciones son recuperables. En algunos casos, reconocer que una relación ha llegado a su límite y tomar la decisión de terminarla puede ser el acto más saludable y liberador. Priorizar el bienestar personal y emocional no es un fracaso, sino un acto de amor propio.
- Las relaciones saludables no son perfectas, pero sí deben ser espacios donde ambas partes puedan sentirse valoradas, seguras y respetadas. Reconocer las «red flags» y tomar medidas al respecto es un paso fundamental para alcanzar ese ideal. Porque, en última instancia, el amor auténtico no es solo un sentimiento, sino un compromiso constante con el bienestar mutuo.
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