Una de las principales características de los seres humanos es nuestra gran capacidad de racionalidad y, junto con ella, nuestra ilimitada imaginación y capacidad de pensamiento. Una de las cosas más habituales que hace nuestra mente que está relacionada con la creatividad y con la lluvia de ideas es el pensamiento contrafáctico o contrafactual, pensamiento que tenemos muy presente en nuestro día a día y del que nos ocuparemos de ver en este articulo.
¿Qué es el pensamiento contrafáctico o pensamiento contrafactual?
El término “contrafáctico” significa, literalmente, contrario a los hechos (Roese, 1997). Este tipo de enunciados típicamente expresan alternativas a eventos que tuvieron lugar en el pasado. Por ende, el pensamiento contrafáctico consiste en imaginar una variedad de posibilidades que podrían haberse dado en el pasado pero que finalmente no se materializaron. Un ejemplo muy claro es preguntarse dónde podrías haber trabajado en el mundo del arte que era tu pasión si no hubieras decidido finalmente dedicarte a la economía.
Los enunciados condicionales en modo subjuntivo son los utilizados en las oraciones contrafácticos. Según Audi (1999), todo condicional tiene la forma «Si p, entonces q», donde p es el antecedente y q es el consecuente. Los enunciados contrafácticos se distinguen porque su antecedente es falso, aunque el consecuente puede serlo o no serlo. Un caso de un contrafáctico cuyo resultado es incorrecto es: «Si Pedro hubiera llegado a tiempo, habría cogido el autobús». Esto indica que Pedro llegó tarde y no cogió el autobús. Un argumento contrafáctico que tiene una verdadera consecuencia es: «Aunque María hubiera prestado atención a la clase, de todas formas habría suspendido».
Muchas películas tratan el tema de ver cómo sería el presente si se cambia el pasado y es ese el tipo de razonamiento o pensamiento que se llama contrafáctico; pensar contra los hechos, pensar contra lo que realmente ha ocurrido, cómo serían las cosas si no hubiese ocurrido lo que ha ocurrido (Berzosa, 2022). Este pensamiento está continuamente en la vida cotidiana y es muy importante porque está muchas veces en la base del sufrimiento psicológico. Cuando una persona sufre, muchas veces dice “y si en vez de hacer esto hubiera hecho esto”.
Cuando se piensa contrafácticamente, la gente se imagina que esa vida posible imaginada sería mejor. Tendemos a imaginar que esa vida paralela sería mejor, al igual que el sesgo de que cualquier pasado fue mejor. Esas distorsiones hacen sufrir, porque si comparas la vida real con la idealizada, la propia comparativa te hace sufrir.
Tipos de pensamiento contrafáctico
Además de todo lo detallado, podemos encontrar dos tipos de pensamiento contrafáctico según dos criterios. Teniendo en cuenta el criterio de las consecuencias de los hechos, encontramos:
- Hacia abajo o descendente: «las cosas podrían haber sido peor». Escenarios alternativos en los que se generan consecuencias más negativas de las que realmente ocurrieron. Este tipo de pensamiento es positivo, ya que nos ayuda a mejorar dándonos un tipo de experiencia.
- Hacia arriba o ascendente: «podría haber pasado algo mejor». Escenarios alternativos en los que se imaginan consecuencias más positivas de las que realmente ocurrieron.
Además, centrándonos en la conducta, encontramos otros dos tipos:
- Aditivos: escenarios alternativos en los que se imagina que se hace/ocurre algo que no se hizo. Añadimos una conducta e imaginamos.
- Sustractivos: lo contrario; escenarios alternativos en los que se imagina que se elimina de la situación algo que se hizo u ocurrió en ella. Suprimimos una conducta e imaginamos.
Entonces, si mezclamos los tipos según los dos criterios que hemos encontrado, hay 4 tipos de pensamientos contrafácticos:
- Pensamiento ascendente aditivo: «qué podría haber hecho para que hubiera salido bien».
- Pensamiento ascendente sustractivo: «qué no debería haber hecho para que hubiera ido bien».
- Pensamiento descendente aditivo: «si hubiera hecho esto, las cosas habrían ido aún peor».
- Pensamiento descendente sustractivo: «si no hubiese hecho eso, las cosas habrían ido peor aún».
Funciones del pensamiento contrafáctico
Entre las principales funciones del razonamiento o pensamiento contrafáctico, tenemos que diferenciar entre los aspectos positivos y los negativos (Berzosa, 2022). Algunas de la partes positivas del pensamiento contrafáctico serían:
- Nos ayuda a aprender: aprendemos de los errores imaginando cómo las cosas podrían haber sido mejores (contrafácticos ascendentes).
- Nos ayuda a sentirnos mejor: nos sentimos mejor cuando imaginamos escenarios en los que las cosas podrían haber sido peores (contrafácticos descendentes).
- Nos ayuda a evitar riesgos: tratamos de generar escenarios en los que algo desagradable no hubiera ocurrido, para imaginar formas posibles de evitar esas situaciones aversivas en el futuro.
- Nos ayuda a implementar intenciones: imaginar cómo se pueden cambiar las consecuencias negativas ocurridas nos lleva a introducir cambios en el presente para evitar que ocurran otra vez las consecuencias en el futuro.
- Nos ayuda a orientarnos a objetivos: cuando no conseguimos un objetivo, se activa el pensamiento contrafáctico para generar escenarios con consecuencias mejores y ver qué podemos cambiar para lograr una meta.
Como es de esperar, el pensamiento contrafáctico o pensamiento contrafactual también tiene algunos aspectos negativos que no son tan fácilmente llevaderos para las personas:
- Emociones negativas como culpa, arrepentimiento o melancolía.
- Pensamientos “¿y si…?” centrados en el pasado y no orientados al presente y al futuro, que es lo único en lo que podemos actuar.
- Rumiación más alta de lo normal que provoca problemas personales.
- Preocupación excesiva.
Puede ser beneficioso enfocarse en el pasado para mejorar nuestra situación actual (“Si no me hubiera casado tan joven, quizás ahora no tendría a mis maravillosos hijos”). En otras ocasiones, las malas decisiones también pueden provocar sentimientos negativos sobre nosotros mismos que nos hacen sentir infelices (“Si hubiera estudiado más, tendría un trabajo mejor”).
Para terminar, cabe destacar que en la práctica profesional es de gran importancia conocer todos los sesgos que actúan en el razonamiento contrafáctico, ya que desde los conocimientos podemos entender mejor la mente del ser humano y aplicar esos conocimientos. Además, al tener tantas implicaciones tanto en la vida cotidiana como en la base de muchos problemas psicológicos, es esencial para todo estudioso del ser humano conocer a fondo el pensamiento contrafáctico.
- Roese, N. J. (1997). Counterfactual thinking. Psychological bulletin, 121(1), 133. https://doi.org/10.1037/0033-2909.121.1.133
- Audi, R (ed.) (1995). The Cambridge Dictionary of Philosophy. New York City: Cambridge University Press. https://philpapers.org/rec/AUDTCD-2
- Berzosa Domínguez, P. (2022). Revisión Bibliográfica sobre el Pensamiento Contrafactual y Semifactual. https://crea.ujaen.es/jspui/handle/10953.1/17471
- Cardo Sancho, A. (2015). Pensamiento Contrafáctico “¿Y SI…?”. https://www.miconsulta.es/pensamiento-contrafactico-y-si/
- Foto de Andrea Piacquadio: https://www.pexels.com/es-es/foto/foto-de-retrato-de-mujer-en-la-parte-superior-roja-con-anteojos-con-marco-negro-de-pie-delante-de-fondo-blanco-pensando-3762807/

