Es difícil imaginar a alguien haciendo daño intencionalmente a un niño. Sin embargo, si hoy estamos hablando de algo tan terrible como esto, es porque es una triste realidad que, por desgracia, todavía está lejos de desaparecer, pues los estudios muestran que aproximadamente 1 de cada 20 niños son maltratados cada año.
¿Qué es el abuso infantil?
El abuso infantil ocurre cuando un adulto (padre, madre u otro) provoca daño físico o emocional a un niño.
Los tipos de abuso infantil que pueden aparecer son:
- Abuso físico
- Abuso sexual
- Negligencia o abandono
- Abuso emocional o psicológico
Los casos más graves de abuso infantil pueden terminar en la muerte. Los que sobreviven pueden sufrir heridas emocionales que pueden durar mucho tiempo después de que los golpes físicos hayan sanado. Los niños que son abusados son más propensos a tener problemas de construir y mantener relaciones a lo largo de sus vidas. También son más propensos a tener baja autoestima, depresión, pensamientos de suicidio, y otros problemas de salud mental.
La mayoría de las veces, los niños conocen a sus agresores y el abuso ocurre en el hogar. Esto hace que sea difícil para los niños a hablar. Pueden sentirse atrapados por el afecto que sienten hacia sus abusadores o temerosos del poder que ejercen sobre ellos, por lo que permanecen en silencio. Por eso es especialmente importante ser capaces de reconocer los signos de abuso infantil.
1. Abuso físico
El abuso físico puede ser causado por puñetazos, patadas, sacudidas, mordeduras, quemaduras, empujones, etc. El abuso físico también puede ser el resultado de una disciplina o violencia excesiva e inapropiada dentro de la familia, y se considera abuso, independientemente de si se tenía la intención de lastimar al niño o no. El abuso físico puede ser el resultado de un solo episodio o de una serie de episodios.
Las lesiones en un niño pueden variar en severidad, desde moretones menores a fracturas de los huesos y en su forma más extrema, la muerte de un niño.
2. Abuso sexual
El abuso sexual infantil es la exposición deliberada de un menor de edad a la actividad sexual, la cual el niño no siempre es capaz de comprender y mucho menos de consentir. Incluye cualquier tipo de contacto o comportamiento con un niño que esté destinado a satisfacer el instinto sexual del abusador. Esto significa que el menor es forzado o persuadido a tener relaciones sexuales o actividades sexuales con otra persona. Este comportamiento incluye actos como la violación, el contacto inapropiado con los genitales, etc.
Algunos de los tipos de abuso sexual a parte de la violación son:
- Realizar fotos o vídeos pornográficos a un menor
- Tocar los genitales del menor o hacer que él los toque al adulto
- Mostrarle material pornográfico
- Forzar a un niño a desnudarse
- Explicarle historias sexuales no aptas para su edad
Los estudios muestran que una de cada cuatro niñas y uno de cada ocho niños son abusados sexualmente antes de la edad de 18 años.
3. Negligencia
La negligencia es cualquier acción (o inacción) por parte de un cuidador que cause un daño físico o emocional del niño.
La negligencia infantil ocurre cuando el adulto no proporciona las necesidades básicas de un niño, ya sea intencionalmente o por falta de atención hacia el bienestar del pequeño. Esto puede incluir la negligencia física, como no proporcionarle comida, ropa, hogar u otras necesidades al menor, negligencia emocional que incluye la negación del amor, cariño y afecto, y negligencia médica que se produce cuando se le niega la atención médica necesaria.
El abandono es un tipo de negligencia. Esto sucede cuando un niño se queda solo durante largos períodos de tiempo o sufre daños graves, porque nadie se ocupaba de él.
Algunos ejemplos de negligencia son:
- No proporcionar atención médica cuando un niño está lesionado o enfermo
- Retener a un niño en un armario o habitación
- Poner a un niño en una situación peligrosa que podría provocar lesiones físicas o incluso la muerte
4. Abuso emocional
El abuso emocional o psicológico es un patrón de comportamiento que tiene efectos negativos en el desarrollo emocional de un niño y su sentido de autoestima. Haciendo caso omiso de las necesidades emocionales del menor, se le niega el amor, el apoyo o la orientación que necesita. En este caso el adulto puede mostrarse claramente amenazante, aterrorizar, menospreciar o criticar constantemente al niño.
Perfil del abusador
Sería más sencillo para todos si los abusadores siguieran un patrón y fueran fáciles de reconocer. Pero la verdad es que esto no es así, y los abusadores provienen de todos los ámbitos de la vida. Pueden ser los padres o cualquier otro miembro de la familia, maestros, entrenadores y amigos. Prácticamente cualquier persona que tenga acceso a un niño se encuentra en una posición de maltratar al menor. Afortunadamente, la gran mayoría de las personas no lo hacen.
A veces, las personas que abusan de los niños pueden mostrar algunos signos de comportamiento. Por ejemplo, algunos padres que abusan de sus hijos evitan establecer amistad con otros padres de la escuela o el barrio, pueden no participar en las actividades escolares y sentirse incómodos al hablar de las lesiones de sus hijos o problemas de conducta.
Los adultos que abusan sexualmente de los niños por lo general conocen a los niños de antemano. Es raro que un abusador sexual escoja a un niño al azar. El abusador puede usar esta relación en su beneficio, diciéndole al niño que mantenga la relación en secreto o amenazándole con hacerle daño.
Muchas veces, las personas que abusan de los niños fueron abusadas también de pequeñas. Este ciclo de abuso puede ser difícil de romper y puede pasar de generación en generación dentro de una familia.
Señales de abuso
A veces es difícil saber la diferencia entre los arañazos y rasguños normales de la infancia y una señal física de maltrato infantil. Múltiples contusiones, acudir a menudo al centro médico con lesiones o los huesos rotos, pueden ser señales de alerta, pero existen otros signos incluyendo la salud emocional de un niño que también nos deben poner en alerta.

Algunas señales emocionales que presentan los niños que están siendo abusados son:
- Mostrarse tristes o enfadados. Los niños que están siendo abusados pueden actuar de forma extremadamente retraída, temerosa, deprimida y tienen muy baja autoestima. Los niños más deprimidos podrían incluso contemplar el suicidio o intento de suicidio. Otros niños se convierten en agresores y tienen problemas para manejar su ira y otras emociones fuertes. Muchos tienen pesadillas o dificultad para dormir.
- Existen problemas de relación. Aquellos niños que son abusados por lo general tienen problemas para desarrollar y mantener relaciones. A menudo son incapaces de amar o confiar en los demás, especialmente en los adultos, a los que pueden tener miedo de que les hagan daño. Un signo revelador de que algo no va bien es cuando un niño deja de buscar la comodidad de un padre u otro cuidador.
- Presentar comportamientos de riesgo. Los niños que están siendo abusados pueden actuar de forma agresiva y disfuncional en la escuela. También pueden perder el interés por actividades que antes les gustaban, así como por los estudios en general. Conforme se van haciendo más mayores pueden presentar conductas de abuso de drogas y alcohol, así como promiscuidad sexual.
Otros niños podrían evitar ir a casa después de la escuela e intentar realizar cualquier actividad que les impida pasar tiempo a solas con el abusador.
Por otro lado, los niños que no están siendo abusados pero son testigos de abusos (como un hermano por ejemplo) a veces muestran signos similares.
De todas formas hemos de ser muy prudentes, ya que el hecho de que un niño esté mostrando alguno de estos signos, no significa necesariamente que sea víctima de abuso. Los niños que están pasando por situaciones de estrés, como la separación de los padres, una mudanza, o la pérdida de un amigo o miembro de la familia, pueden experimentar un cambio en su estado de ánimo o disposición.
Rompe el silencio
Si bien no todas las sospechas y acusaciones de abuso de menores resultan ser ciertas, todas merecen una atención seria y si es preciso, una acción inmediata. El abuso infantil puede robar a los niños de la alegría de crecer y les afectará negativamente en los próximos años.
Pero el abuso no tiene que arruinar la vida de un niño, siempre y cuando se frene a tiempo y se trate. Cuanto antes se detenga el abuso, menos destructivo será. La curación de las secuelas de los abusos también debe empezar cuanto antes.
Así que tomemos en serio cualquier signo o acusación de abuso a un menor, hasta que sepamos con certeza si es o no es verdad. Todos los niños merecen ser escuchados, protegidos y ayudados.
