La Teoría de la Acción Razonada (TRA, por sus siglas en inglés) fue desarrollada por Martin Fishbein e Icek Ajzen en la década de 1970. Con esta teoría los autores trataron de explicar la relación entre actitudes y comportamientos dentro del ámbito de la psicología social.
En qué consiste la Teoría de la Acción Planificada (TRA) y principales características
La Teoría de la Acción Razonada (TRA) es un modelo teórico que estudia cómo las actitudes y las normas sociales influyen en la intención y, en última instancia, en el comportamiento humano. Según la TRA, la intención de una persona de realizar una acción es el mejor predictor de su comportamiento real. Esta intención se forma a partir de dos componentes principales: las actitudes hacia el comportamiento, que reflejan las evaluaciones positivas o negativas de una persona sobre realizar dicha acción, y las normas subjetivas, que representan la percepción de la presión social para llevar a cabo o evitar el comportamiento.
La TRA se enfoca en comportamientos voluntarios y deliberados, proporcionando un marco teórico para entender y predecir las acciones en diversos contextos, desde la salud pública hasta el marketing y la educación.
Algunas de las características que explora esta teoría son:
1. Dimensión evaluativa de la actitud
Según Fishbein (1967), la actitud se refiere a la posición que adopta una persona sobre una dimensión bipolar evaluativa o afectiva respecto a un objeto, acción o situación. Es decir, es una evaluación positiva o negativa que realizamos hacia algo específico, donde un extremo representa una evaluación positiva y el otro extremo una evaluación negativa. Esta evaluación influye directamente en la intención de comportamiento.
2. Proceso racional y deliberativo
La TRA establece que la conducta es el resultado de un proceso racional y deliberativo. Las personas consideramos cuidadosamente las consecuencias potenciales de nuestras acciones antes de tomar una decisión. Este proceso implica varios pasos, incluyendo la evaluación de creencias y la consideración de normas sociales.
3. Predicción de la conducta
El objetivo principal del modelo es predecir la conducta humana. Esto se logra mediante la comprensión de las intenciones de comportamiento, que se consideran el mejor predictor del comportamiento real.
Componentes clave de la TRA
La teoría se basa en dos componentes principales que determinan la intención conductual:
1. Actitudes hacia el comportamiento
Las actitudes hacia el comportamiento se refieren a la evaluación positiva o negativa que una persona tiene sobre realizar una acción específica. Estas evaluaciones se basan en:
- Creencias sobre las consecuencias: Las percepciones sobre los resultados de realizar el comportamiento.
- Evaluación de las consecuencias: La valoración de estos resultados, es decir, si se consideran buenos o malos.
Por ejemplo, si una persona cree que hacer ejercicio regularmente mejorará su salud (creencia) y valora positivamente tener buena salud (evaluación), tendrá una actitud positiva hacia hacer ejercicio.
2. Normas subjetivas
Las normas subjetivas se refieren a la presión social percibida para realizar o no un comportamiento. Estas normas se basan en:
- Creencias normativas: Las percepciones sobre las expectativas de los demás, como amigos, familia o la sociedad en general.
- Motivación para cumplir: La disposición de la persona a cumplir con estas expectativas.
Por ejemplo, si una persona cree que sus amigos y familiares valoran que haga ejercicio y quiere cumplir con estas expectativas, sentirá una presión social para hacerlo.
Aplicaciones de la TRA
En el ámbito de la salud pública, la TRA ha sido utilizada para llevar a cabo campañas de fomento de la salud, como por ejemplo las de antitabaco, centrándose en cambiar las actitudes sobre el fumar, y promoviendo una visión negativa de este hábito y reduciendo la aceptación social del mismo.
En el campo del marketing y el consumo esta teoría es muy útil para entender el comportamiento del consumidor. Las empresas la utilizan para analizar cómo las actitudes hacia un producto y las normas sociales influyen en la intención de compra del mismo, permitiendo desarrollar estrategias de marketing más efectivas. Además, la TRA puede ayudar a predecir la adopción de nuevas tecnologías al examinar las actitudes de los consumidores hacia estas innovaciones y las normas sociales que los rodean, facilitando la introducción y aceptación de productos tecnológicos en el mercado.
En el sector educativo, la TRA se aplica para comprender las intenciones de los estudiantes de participar en actividades académicas al analizar sus actitudes hacia el estudio y las normas sociales dentro del entorno educativo. También se pueden diseñar programas que mejoren las actitudes de los estudiantes hacia las actividades extracurriculares y aumenten la percepción de apoyo social, promoviendo una mayor participación y un desarrollo integral.
Limitaciones de la TRA
A pesar de su utilidad, la Teoría de la Acción Razonada tiene ciertas limitaciones:
Comportamientos no volitivos
La TRA asume que los comportamientos están bajo el control volitivo de la persona, es decir, que se realizan de manera intencional y consciente. Sin embargo, muchos comportamientos no son completamente volitivos y están influenciados por factores externos o automáticos.
Falta de consideración del control percibido
La TRA no incluye el concepto de control percibido del comportamiento, que se refiere a la percepción de la facilidad o dificultad para realizar un comportamiento. Esta limitación fue abordada en la Teoría del Comportamiento Planificado (TPB), que incorpora el control percibido como un tercer componente clave.
Influencia de las emociones y hábitos
La TRA se enfoca principalmente en factores racionales y cognitivos, dejando de lado la influencia de las emociones y los hábitos en la toma de decisiones y en el comportamiento. Las emociones intensas y los hábitos establecidos pueden afectar significativamente el comportamiento, independientemente de las intenciones conscientes.
- Fishbein, M., & Ajzen, I. (1975). Belief, attitude, intention, and behavior: An introduction to theory and research. Reading, MA: Addison-Wesley.
- Ajzen, I. (1991). The theory of planned behavior. Organizational Behavior and Human Decision Processes, 50(2), 179-211.
- Montano, D. E., & Kasprzyk, D. (2015). Theory of reasoned action, theory of planned behavior, and the integrated behavioral model. En K. Glanz, B. K. Rimer, & K. Viswanath (Eds.), Health behavior: Theory, research, and practice (5th ed., pp. 95-124). San Francisco, CA: Jossey-Bass.