La falacia del hombre de paja es un argumento con el que se pretende dar la impresión de refutar otro, pero, en realidad, se ataca una idea que no guarda relación con la que aspira refutar.
Con este tipo de argumento lo que se pretende es generar la ilusión de que realmente se ha refutado la proposición del oponente, a través de una proposición completamente diferente, pero nunca atendiendo directamente la proposición en sí.
Este tipo de falacia es muy común en los debates controversiales que están impregnados de mucha emocionalidad.
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La falacia del hombre de paja
Con la falacia del hombre de paja lo que se está atacando es una afirmación que el oponente jamás ha proferido.
Las falacias son engaños o mentiras y siempre han estado presente a lo largo de la historia. Son muy comunes, por ejemplo, en el terreno político.
Quien no presta atención a los argumentos con los que se le pretende rebatir puede ser víctima de una falacia, así como también lo puede ser quien no está atento a la proposición que se la dicho.
Otro término con el que se equipara al de falacia es el de sofisma. Tal como detalla Portillo-Jesús, en su estudio sobre El uso de las falacias en la comunicación absurda, los términos sofismo y paralogismo también se usan como sinónimo de falacia.
Con estos vocablos se alude a razonamientos que son falsos. Sin embargo, el sofisma se suele encontrar en el diálogo, mientras que el paralogismo está del lado del error, y puede hallarse tanto en monólogos como en diálogos.
Fue en la obra de Platón, titulada Eutidemo, en la que se presentan personajes que capaces de probar, por medio de sofismas, algunas proposiciones que son paradójicas.
Sin embargo, Aristóteles, en el texto Organom, en el último libro, titulado Refutaciones sofísticas, fue quien mencionó que las falacias eran argumentos que parecían ser tales.
De modo que, para Aristóteles, el paralogismo era un instrumento teórico con el cual se podía bloquear cualquier desviación en el discurso o, al menos, subsanarlo, ya que, el fin último de este era buscar la verdad y para ello era necesario reflexionar sobre las condiciones y la validez de los silogismos.
Así, este pensador griego, Aristóteles, encontró tres tipos de falacias, divididas en dos grandes grupos, las cuales son las falacias lingüísticas, o in dictionem, y las falacias no lingüísticas, o extra dictionem.

Estructura de la falacia del hombre de paja
La falacia de la estructura del hombre de paja posee el siguiente esquema lógico:
A afirma p
B critica A por afirmar q (lo cual es diferente a p)
Lo cual lleva a concluir que la afirmación de A es completamente falsa.
Algunos ejemplos de la falacia del hombre de paja son los siguientes:
A: Creo en Dios
B: Pues yo no creo en Dios. No creo en un ser imaginario que vive en las nubes y se dedica a hacer magia.
A: Los que se opusieron al acuerdo de Charlottown probablemente solo querían que Quebec se separara. Pero queremos que Quebec se quede en Canadá.
A: Queremos fomentar el hábito saludable de la bicicleta para ir al trabajo
B: Ustedes lo que quieren es que la gente sufra accidentes y los atropellen ya que es un medio de transporte poco seguro
A: No considero apropiado que los adolescentes vayan solos de vacaciones.
B: Usted lo que quiere es obligarlos a estar encerrados en casa y que no tengan vida social.
A: No considero apropiado que los menores de dieciséis años salgan solos de madrugada.
B: ¿Entonces al salir de la casa solos van a convertirse en drogadictos?
A: Creo que es malo que los adolescentes vayan solos de vacaciones.
B Obligar a nuestros hijos a quedarse encerrados en casa es perjudicial para su desarrollo emocional.
(Nótese que el argumento de A en ningún momento propuso que los adolescentes debían quedarse encerrados en sus casas).
¿Cómo se combate la falacia Hombre de Paja?
Para combatir este tipo de falacia se recomienda estar atento a lo que el oponente pueda decir para refutar y, en ese sentido anticiparse.
Pues, muchas veces las objeciones surgen también por malinterpretaciones, por lo que la anticipación siempre será la mejor manera de estar preparados, sobre todo, si se tiene la leve sospecha de que el oponente puede usar lo que se dice de forma malintencionada.
Por ejemplo:
- Pienso que es una idea muy buena el que nuestros hijos vayan de vacaciones, pero, siempre acompañados por un adulto para que tengan más seguridad. Es decir, no estoy en contra del viaje, sino del hecho de que lo hagan sin compañía, solos.
- Yo respeto su sistema de tradiciones y sus costumbres, en ningún momento estaría en contra de ellas, solo que prefiero mi sistema o estilo de vida.
- Yo no estoy en contra de que los alumnos marchen a peregrinar el sábado próximo, solo propongo que la actividad esté pautada para quienes tengan interés en hacerlo.
¿Es un poco agotador?, ¿verdad? Pues, la verdad es que muchos de los discursos que se emiten a diario están llenos de falacias, y la falacia del hombre de paja es otro gran ejemplo de ello.
Bibliografía
- Luque, L. B. (2014). Falacias y argumentación. Plaza y Valdés Editores.
- Martín de Marcos, G. (2014). Falacias necesarias: una apología de los malos argumentos para la clase de argumentación.
- Portillo-Fernández, J. (2018). El uso de falacias en la comunicación absurda. Logos (La Serena), 28(2), 443-458.
- Wells, G. (2018). MInería de falacias en el discurso político.
Error a revisar:
La falacia NO ES una mentira, la falacia es la forma en que se argumenta.
Puede, incluso, ser verdad lo que se dice, lo falaz es cómo se estructura el lenguaje para expresar -lo que se dice-.
Según la wikipedia (que no es Dios):
Que un argumento sea falaz no implica que sus premisas o su conclusión sean falsas ni que sean verdaderas. Un argumento puede tener premisas y conclusión verdaderas y aun así ser falaz. Lo que hace falaz a un argumento es la invalidez del argumento en sí. De hecho, inferir que una proposición es falsa porque el argumento que la contiene por conclusión es falaz es en sí una falacia conocida como argumento ad logicam.
La intención puede ser buena y por error usar una falacia pero aún así o no es científico sino de casualidad fue verdad lo que dijo o fue astuto y falso, con mala intención, porque la falacia aparenta ser un argumento verdadero pero el razonamiento es inválido, no es científico ni a nivel humanístico tampoco.