La epigenética aparece de la palabra griega epi que significa por encima, es decir por encima de la genética. La epigenética puede regular los genes a través de la función “encendido” o “apagado”, sin la necesidad de cambiar ninguna secuencia del ADN.
La herencia genética no posee un carácter cerrado. La expresión “activado y desactivado de genes” lo que demuestra como el día a día, los sucesos vitales, las experiencias vitales tanto positivas como negativas que están condicionadas por las conductas que posibilitan el tipo de alimentación, cuidado e interacción con el ambiente que tienen gran influencia en los genes.
Punto de partida: el embarazo
Si la madre en el embarazo puede estar sometida bajo los efectos de estrés, violencia, mala alimentación, consumo de sustancias adictivas y conductas de autocuidado negativas, lo cual afecta al desarrollo del embrión, al menor desarrollo cognitivo e incremente la predisposición a ciertas patologías o psicopatologías crónicas, hiperactividad y desajustes cognitivos.
Desde antes del momento de la concepción y a lo largo de la gestación y la crianza, se puede reconfigurar la herencia genética a través de sencillos hábitos como el contacto físico, la buena alimentación, el juego, el apego seguro, la protección o la no exposición al estrés emocional, el cariño y mensajes llenos de inteligencia emocional de los cuidadores primarios que ayudan a desarrollar y fortalecer el vínculo emocional así como conductas y estímulos cognitivos positivos.
Al contrario ocurre con el estrés y la ansiedad, que activan determinados genes implicados en la regulación de los mismos (lo opuesto al ejercicio físico que puede dar lugar cambios bioquímicos como mayores niveles de cortisol hormona reguladora del estrés) que pasarán a través de la vía sanguínea de la placenta del feto, causando vasoconstricciones, lo cual puede producir alteraciones conductuales en la etapa de la edad adulta.

Epigenética constructiva a través de tratamientos de Reproducción Asistida
David Barker en 1990 investigó sobre los efectos de la epigenética en el útero materno en tratamientos de Repsroducción Asistida. Según sus estudios, la placenta y el endometrio en una mujer gestante están conectados entre sí y pueden reprogramar la función genética tras un tratamiento de Reproducción Asistida como puede ser la donación de óvulos o la gestación subrogada.
El Dr. Vilella en la revista científica “Development” en el 2015 afirmó que una molécula del líquido endometrial puede reprogramar la genética del embrión cambiando la configuración de los genes, lo cual permite manifestar o inhibir funciones concretas.
Aunque la madre gestante no transmite su propia carga genética al embrión, sí puede modificarla, aun cuando el óvulo sea de una donante. Dr. Vilella
La huella epigenómica
Los mecanismos de metilación son primordiales en el desarrollo de la impronta o huella epigenómica. En los vertebrados solo se conocen este proceso en los mamíferos. Según el origen parental los genes pueden ser encendidos o apagados.
La impronta a través de la huella epigenómica influye en el crecimiento prenatal y se ha determinado su relevancia en la expresión de patologías y psicopatologías. En el transcurso de la gametogénesis comienza la impronta genómica, con lo cual esta es heredada durante la fusión de los gametos.
A lo largo de la formación del cigoto la impronta es reprogramada en el nuevo sujeto.
Herencia epigenética
La información epigenética modifica la expresión de los genes sin cambiar la secuencia de ADN. Los patrones de metilación de ADN se consideran en este contexto como marcadores de la realidad epigenéticos.
En cambio, los traumas se heredan, una investigación confirma cómo los bebés de mujeres que estaban embarazadas durante los atentados del 11-S (y manifestaron estrés postraumático), exhibían bajos niveles de cortisol (hormona que posibilita al organismo a recuperar la normalidad tras de una situación traumática), tras cumplir 10 años manifestaban conductas o síntomas relacionadas con el trastorno de estrés postraumático (sin haber vivido situaciones traumáticas), además de fatiga crónica, depresión, además de otros trastornos.
Otro estudio aporta información de cómo los descendientes de personas que sobrevivieron al Holocausto manifestaron estrés postraumático y un modelo epigenético muy alterado (con genes muy activados o muy desactivados) aunque no vivieron directamente este tipo de sucesos.
Todos los estudios confirman que las huellas epigenéticas se heredan desde el desarrollo del embrión y se transfieren a la descendencia.
El cociente de inteligencia (C.I.) es genético pero la inteligencia emocional (I. E.) es epigenética
Epigenética y estado emocional
La Dra. Vida afirma que nuestro estado emocional tiene un gran influencia sobre las marcas químicas epigenéticas, influyendo en los sistemas reguladores del organismo (nervioso, endocrino e inmunitario), como otras características incluyendo la los factores que envuelve al desarrollo de la personalidad.

Esto es lo que confirma la necesidad de incorporar estrategias para estimular pensamientos y emociones constructivas, optimismo, gratitud, resiliencia, buenos vínculos sociales, afectivos, etc. Lo que conlleva a la estimulación de las llamadas hormonas ‘positivas’ como la dopamina, la serotonina y DHEA, y las reguladoras hormonas reguladores del estrés, el cortisol.
Epigenética y conducta materna
En 1997 (Liu et al., 1997), se realizó un experimento con ratas, se dividieron en dos grupos, se identificó dos patrones (altos y bajos) de conductas de cuidados maternos (lametazos y contacto físico de cuidado continuo): con alto o bajo licking/grooming –arched back nursing que significa lametazos /arreglo desde la espalda arqueada (LGABN). Las madres con alto LG-ABN, estaban casi todo el tiempo amamantando y acicalando a la cría, con el dorso arqueado (optimizando el amamantamiento), lo opuesto a las conductas de las madres con bajo LG-ABN. El comportamiento maternal de una rata se mantenía en el tiempo en las siguientes camadas, pero en caso de estrés el comportamiento LG-ABN era más pobre, lo cual confirma la influencia de la conexión a través de los estímulos conductuales y medioambientales.
Oxitocina y modificaciones epigenéticas
Una primera investigación relacionada con el gen de la hormona oxitocina ha sido recientemente publicada por la Universidad de Georgia (E.E.U.U), el estudio muestra como a través de los cambios en la sociabilidad, se producen modificaciones epigenéticas en la oxitocina cambia la capacidad de establecer vínculos o socialización de los seres humanos.
Los estudios dirigidos por la Isabelle Mansuy de la Universidad de Zürich confirman también como en los ratones la herencia epigenética puede llegar a inhibir los traumas previos, si se trabaja bajo ciertas condiciones establecidas. Los experimentos la Dra. Mansuy han podido eliminar los efectos estresantes gracias a un entorno enriquecido y se eliminaron elementos potencialmente estresantes, de forma que los grupos metilo deficitarios parecían restablecerse en el ADN. Este resultado posibilita responder la importancia de la capacidad de anular a través de la herencia epigenética los traumas, así como otras psicopatologías.
Conclusión
Aunque vivamos en condiciones estresantes y traumáticas, el fortalecimiento de relaciones saludables puede ser un importante factor de protección y una forma de combatir los efectos adversos así como el impacto de factores genéticos, psicológicos y sociales que se deriven de dichas vivencias.
Esto nos impulsa a reflexionar sobre la regulación emocional y la calidad de las relaciones, junto a la conexión o impronta o la huella de la maternidad de los cuidadores primarios, la familia, comunidad, sociedad y el medio ambiente.
Todos estos descubrimientos posibilitan la creación de formas de entendimiento, prevención, evaluación e intervención, para evitar, prevenir o tratar ciertas patologías o psicopatologías, basados en biomarcadores.

Referencias
- Barker D., (1998). In utero programming of chronic disease. Clin Sci; 95: 115-28.
- Bedregal P., Shand B., Santos MJ , Ventura P. , (2010). Aportes de la epigenética en la comprensión del desarrollo del ser humano. Rev Med Chile; 138: 366-372.
- Gapp K, Jawaid A, Sarkies P, Bohacek J, Pelczar P, Prados J, Farinelli L, Miska E. and Mansuy IM., (2014). Implication of sperm RNAs in transgenerational inheritance of the effects of early trauma in mice. Nature Neuroscience DOI: 10.1038/nn.3695.
- Liu D, Diorio J, Tannenbaum B, Caldji C, Francis D, Freedman A, Sharma S, Pearson D, Plotsky PM, Meaney MJ., (1997). Maternal care, hippocampal glucocorticoid receptors, and hypothalamic-pituitary-adrenal responses to stress. Science.;277:1659–1662. [PubMed] [Google Scholar]
- Pearson D, Sharma S, Plosky Pm, Pfaus JG, Meaney MJ., (1997). The effect of postnatal environment on stress-induced changes on hippocampal FOS-like inmunoreactivity un adult rats. Soc Neursci Abstr; 23: 1849.
- Stern JM., (1997). Offspring-induced nurturance: animalhumane parallels. Dev Psychobiol; 31:19-37.