El dilema del tranvía

Verificado Redactado por Isbelia Farias. Este artículo ha sido revisado, actualizado y verificado por nuestro equipo de psicólogos por última vez el 17 enero 2022.

El dilema del tranvía es un planteamiento filosófico que propone dos vías poco deseadas.

Fue la filósofa Philippa Foot quien lo propuso en su texto The problem of abortion and the doctrine of the double efect.

De acuerdo con este dilema, un tranvía corre hacia una dirección en la cual hay cinco personas que podrían morir, pero, el conductor puede desviarlo e ir por otra vía en la cual solo hay una persona. En todo caso, ¿qué opción es la más correcta?

El dilema del tranvía

El dilema del tranvía es un problema filosófico que ha puesto a muchos a pensar sobre lo correctamente bueno y lo malo.

En el caso de los filósofos, con este dilema se ha extendido el debate respecto a lo que es bueno o malo, en el campo de la moral.

En el caso de los psicólogos, este dilema ha servido para comprender por qué una persona opta por una vía o la otra, por lo cual puede decirse que el dilema del tranvía ha sido una especie de experimento mental.

Sin embargo, el planteamiento no es novedoso, pues, desde hace mucho tiempo,  Tomás de Aquino ya había argüido que matar a una persona era moralmente aceptable, siempre y cuando fuese en defensa propia.

Pues, el caso planteado por Aquino, aunque se sabe que la consecuencia será la muerte de una persona, la intención no ha sido esa, sino la de salvar la vida propia.

A esta doctrina se le conoce como el doble efecto, y para ella es importante la intención detrás de cada acto. En el escenario del tranvía, también cabe preguntarse cuál es la intención del acto.

Para el filósofo Inmanuel Kant también era importante analizar la naturaleza de los actos, pues, desde su postura, un acto moral se debe realizar por el sentido del deber y no por una inclinación, la posibilidad de obtener algo o un sentimiento.

Un acto moral debe ir impulsado por el deber, pues, desde la visión kantiana, los motivos de un acto son más importantes que el acto en sí y sus consecuencias. De modo que, si se desea saber si alguien actúa moralmente, hay que conocer cuál es su intención.

Más que pensar en las consecuencias, Kant apelaba más a los motivos de los actos, ya que, suponía que cualquier ser humano podía ser moral, pero, solo nos podemos responsabilizar de las cosas que en cierto modo dependen de nosotros. Por ello, el postuló que “el deber es poder”.

Así, las consecuencias de los actos no serían algo fundamental, puesto que no siempre dependen de nosotros. En cambio, nuestra intención sí.

Un ejemplo de este planteamiento sería el de querer salvar a un niño que se está ahogando y se actúa por el sentimiento del deber. Si en lugar de salvar al niño, de forma accidental, la misma persona lo ahoga, el acto no dejaría de ser moral, ya que la motivación era buena, a pesar de que las consecuencias fuesen trágicas.

En el escenario del dilema del tranvía, en el que este corre fuera de control, y en una vía hay cinco personas atadas, mientras que en otra hay una sola, entonces la pregunta es si se debe pulsar el botón para desviar el tranvía e impedir que mueran cinco personas o simplemente no hacer nada.

Muchas personas han respondido a esta pregunta y para la mayoría se debe pulsar el botón, mientras que otros pocos piensan que no se debe hacer nada, a lo que podría decirse que todos ellos responden desde una postura consecuencialista.

Aunque esto parezca un caso hipotético y nada realista, la verdad es que existen muchos contextos en los que resulta relevante el dilema del tranvía.

Por ejemplo, hay circunstancias en la actualidad que nos pueden llevar a cavilar entre dos opciones, tal como lo haría un médico que evalúa si debe administrar medicación para aliviar el dolor a una persona que está muriendo, aun cuando la medicación pudiese acabar más rápido con la vida.

Otras variantes del dilema del tranvía

Sobre el dilema del tranvía han surgido muchas variantes. Una de ellas fue la formulada por la filosófa Judith Jarvis Thomson.

Para Thomson, también hay un tranvía descontrolado que se dirige hacia cinco personas, pero, hay un sujeto, o agente externo, situado en un puente sobre la vía.

Este sujeto sobre el puente tiene a su lado a una persona muy obesa, de manera que si la empuja hacia el puente, podría obstruir la vía y salvar a las cinco personas, ¿qué debe hacer?

En este escenario, las personas suelen responder de modo diferente, pues, aunque igual alguien fallezca, lanzar a una persona de un puente implicaría una participación activa, a diferencia del planteamiento de Foot, en donde solo se tenía que optar por salvar a una persona o a cinco.

La formulación de esta variante del dilema del tranvía ha hecho que se trate de encontrar una diferencia moral en los dos casos.

En el primer caso no habría una intención de dañar a alguien, ya que la muerte de una persona sería la consecuencia de querer salvar a cinco. Pero, en el segundo caso ya habría una participación activa con la que se causa mal a alguien.

Esto es lo implica la doctrina del doble efecto, según la cual, se pueden tomar acciones que traigan consigo efectos secundarios dañinos, mientras que hay otras situaciones en las que se puede causar daño de forma activa, lo cual sería incorrecto, incluso si subyace una buena causa.

Al final, Thomson argumentó que, en el primer caso, nadie tenía derecho sobre otra víctima, así como el hombre gordo del segundo escenario tiene derecho a no ser lanzado.

Dilemas actuales

En la actualidad, muchas personas, profesionales e instituciones se encuentran ante dilemas, por lo que siempre es conveniente conocer sobre el dilema del tranvía.

Tal es el caso de cuando se financia un medicamento y no otro, porque se supone que se van a salvar más vidas, pero, ¿es esto correcto?

En la guerra también se dan escenarios que plantean dilemas. Por ejemplo, aunque el objetivo por atacar sea militar, ¿es correcto si esto implica la muerte de civiles?

Analizar el dilema del tranvía hoy día puede ser útil incluso para encontrar una respuesta a dilemas o situaciones en el pasado. ¿Estuvo bien que se lanzase la bomba atómica a Hiroshima y Nagasaki? Pues, se supone que Truman lo habría hecho para que la guerra terminara antes y evitar más muertes de soldados americanos. Este escenario es más parecido al de lanzar al hombre gordo para impedir el paso del tranvía.

El dilema del tranvía cada día es menos hipotético y más real, pues, si bien el hombre reacciona muchas veces siguiendo su instinto, hoy existen coches autónomos o aparatos que pueden responder a emergencias sin que el hombre participe.

¿Qué tal la postura de quienes defienden que es mejor salvar la vida de personas jóvenes, en lugar de vidas de ancianos?, o quienes apuestan que salvar humanos es mejor que salvar animales, o los que defienden la vida de muchos en lugar de las de pocos, ¿quiénes están actuando correctamente y quiénes no? Vemos que el dilema del tranvía cada día es más oportuno.

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Bibliografía

  • Cushman, F. (2016). The psychological origins of the doctrine of double effect. Criminal Law and Philosophy10(4), 763-776.
  • Foot, P. (1967). The problem of abortion and the doctrine of the double effect.
  • McMahan, J. (1994). Revising the doctrine of double effect. Journal of Applied Philosophy11(2), 201-212.
  • Quinn, W. S. (1989). Actions, intentions, and consequences: The doctrine of double effect. Philosophy & Public Affairs, 334-351.
  • Woodward, P. A. (2003). The doctrine of double effect: Philosophers debate a controversial moral principle.
Isbelia Farias

Licenciada y Máster en filosofía (Universidad del Zulia), maestrante en Orientación en Sexología (CIPPSV) su área está enfocada hacia el bienestar y la sexualidad en la pareja. Posee certificación en coaching (Universidad Autónoma de Barcelona), Fundamentos de la escritura (Tecnológico de Monterrey), Sexualidad, mucho más que sexo (Universidad de los Andes), Psicología Positiva (Universidad Metropolitana de Caracas), diplomada en Logoterapia y Análisis Existencial, Orientación de la Conducta y Psicología Forense.

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