El cerebro está más caliente de lo que pensamos, según nuevo estudio

Redactado por Ebiezer Lopez . Artículo revisado, actualizado y verificado por nuestro equipo de psicólogos por última vez el 13 mayo 2024.
El cerebro tiene una temperatura más alta de lo que se creía, según estudio reciente.

El cerebro es uno de los órganos más fascinantes de nuestro cuerpo y la investigación nos muestra que hay mucho por aprender. En este sentido, una creencia extendida entre los científicos era que el cerebro compartía la misma temperatura que el resto del cuerpo. Sin embargo, un nuevo estudio señala que, en realidad, el cerebro está más caliente de lo que pensamos.

Los nuevos datos provienen de una investigación publicada en la revista Brain donde usaron la técnica de espectroscopía de resonancia magnética. En esta misma línea, el hallazgo tiene implicaciones para la comprensión del cerebro humano y la ciencia médica.

El cerebro humano y la temperatura

Los seres humanos somo una especie animal homoterma, esto quiere decir que somos capaces de regular nuestra propia temperatura. A diferencia de los reptiles que suelen depender de medios externos para mantenerse calientes. En el caso de los humanos, el hipotálamo cerebral es el encargado de conservar la temperatura a unos 37°C. Esta es la temperatura ideal para que el metabolismo funcione de manera normal y podamos sobrevivir.

Siguiendo esta línea, los científicos solían asumir que el cerebro y el resto del cuerpo compartían el mismo grado de calor. Uno de los motivos detrás de este pensamiento era que no existía la posibilidad de monitorear la temperatura cerebral en vivo. Las únicas veces que los científicos podían evaluar la temperatura del cerebro era en pacientes con traumatismo cerebral que requerían monitoreo.

En esos pacientes, se observó que la temperatura cerebral podía variar a lo largo del día. Aunque, solía creerse que esas variaciones del calor se relacionaban con las lesiones de los pacientes. Pero, la nueva investigación publicada en Brain demuestra que el cerebro está más caliente de lo que pensamos, incluso en personas sanas.

Nuevo estudio señala que el cerebro está más caliente de lo que pensamos

Hasta ahora, los investigadores no eran capaces de estudiar la temperatura cerebral de forma no invasiva. Por esa razón, los únicos datos disponibles provenían de pacientes con traumatismos cerebrales que necesitaban vigilancia constante con métodos invasivos. Como es de esperarse, dichas técnicas no podían usarse con pacientes saludables.

No obstante, en el nuevo estudio, el equipo utilizó la espectroscopía de resonancia magnética para evaluar la temperatura cerebral. De este modo, pudieron analizar este órgano sin necesidad de usar técnicas invasivas y obtener datos de pacientes sanos. Con este fin se reclutaron 40 voluntarios con edades comprendidas entre 20 y 40 años, los cuales se sometieron a escaneos en diferentes horarios.

A partir del análisis de los datos, se descubrió que la temperatura promedio del cerebro era de 38.5°C. Esto es dos grados más caliente que la temperatura oral, mostrando que el cerebro está más caliente de lo que pensamos.

Además, se concluyó que la temperatura cerebral varía dependiendo de factores como el sexo, ciclo menstrual y edad. También se encontró que la temperatura era distinta dependiendo del momento en el día donde se midiera.

Otro dato interesante del estudio es que hay regiones del cerebro que son mucho más calientes que el resto. En el estudio se observó que algunas zonas del cerebro pueden alcanzar temperaturas que superan los 40°C. De igual manera, las mujeres que estaban ovulando tenían un cerebro hasta 0.4°C más caliente que los hombres y mujeres que no ovulaban.

Por otro lado, se pudo apreciar que la temperatura promedio del cerebro aumentaba con la edad. Pasado el rango de los 20 años se producía un incremento en el calor promedio de hasta 0.6°C, sobre todo en regiones profundas.

El ritmo de temperatura y la supervivencia

Con la meta de analizar las implicaciones clínicas de los datos anteriores, los investigadores recopilaron información de pacientes con lesiones cerebrales. Se descubrió que la temperatura promedio en ese caso también era de 38.5°C, pero las variaciones eran más abruptas que en cerebros sanos. En algunos pacientes las temperaturas podían descender hasta 32.6 y aumentar hasta los 42.3°C.

Con base en la evidencia, los autores hipotetizan que, si el cerebro está más caliente de lo que pensamos, podría ser clave para la supervivencia. Esta conclusión se apoya en el hecho de que solo un cuarto de los 100 pacientes observados mostraba un ritmo diario de temperatura cerebral. De ese grupo, solo un 4% murió, mientras que el grupo sin ritmo diario de temperatura tuvo una tasa de mortalidad de 27%.

En otras palabas, es posible que estas variaciones en la temperatura del cerebro sean clave para la salud. Por ende, este descubrimiento podría tener implicaciones revolucionarias en el tratamiento de los pacientes con lesiones y afecciones cerebrales.

Los científicos creen que con la edad el cerebro podría ir perdiendo su capacidad para regular su propia temperatura. Esto podría explicar su aumento luego de los 20 años y tal vez guarde relación con algunas patologías, pero hace falta más investigación.

Explorando nuevas fronteras en el estudio del cerebro

A pesar de que los hallazgos son interesantes y prometedores, los autores señalan que hacen falta más estudios. Por ahora, no podemos decir que, en efecto, la variación de la temperatura aumenta la posibilidad de sobrevivir a lesiones cerebrales. Es necesario hacer más investigaciones para analizar la correlación entre estos dos hechos con mayor profundidad.

Por último, los datos podrían ayudar a los médicos a predecir la supervivencia de los pacientes con lesión cerebral. En adición a eso, descubrir que el cerebro está más caliente de lo que pensamos expande nuestra comprensión sobre el organismo. Así, en el futuro, es probable que obtengamos nuevos datos que nos ayuden a entender más la función cerebral.

El cerebro reptiliano, nuestro cerebro más primitivo

Referencias

  • Rzechorzek, N. M., Thrippleton, M. J., Chappell, F. M., Mair, G., Ercole, A., Cabeleira, M., … & O’Neill, J. S. (2022). A daily temperature rhythm in the human brain predicts survival after brain injury. Brain, 145(6), 2031-2048.
  • Gujar, S. K., Maheshwari, S., Björkman-Burtscher, I., & Sundgren, P. C. (2005). Magnetic resonance spectroscopy. Journal of neuro-ophthalmology, 25(3), 217-226.
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Licenciado en Psicología mención Clínica egresado de la Universidad Arturo Michelena. Miembro del proyecto "POR TODES" que ofrece atención psicojurídica a población LGBTI en situación de riesgo. También es redactor para medios digitales y ha participado en programas de radio como experto en salud mental.