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La adicción al trabajo en nuestros tiempos
Para nuestra sociedad, nuestra familia y nosotros mismos, ser una persona trabajadora es una virtud muy apreciada. Sin embargo, para muchos trabajadores, cada vez más, su trabajo va más allá de ganarse la vida o de realizarse profesionalmente: es una adicción que ocasiona problemas personales, familiares, sociales y hasta laborales serios. Aunque el trabajólico, o persona que vive para trabajar, ha existido siempre, a partir de los años 80 comenzaron a ser catalogados como enfermos, dadas las repercusiones en su vida personal y en su salud integral.
Factores de riesgo para la adicción al trabajo
Entre los factores de riesgo que conducen a esta adicción cabe destacar:
- Las presiones económicas familiares y el temor a perder el trabajo.
- La enorme competitividad que existe en el mercado laboral.
- La fuerte necesidad de conseguir el éxito y el puesto deseado.
- La incapacidad para negarse ante un jefe sobre peticiones que pueden bien posponerse para el día siguiente.
- El temor a los jefes, prepotentes, exageradamente exigentes y amenazan constantemente a la persona con perder su empleo.
- La falta o mala organización, que permite sobresaturación del trabajo.
- La ambición excesiva por el poder, el prestigio o las posesiones.
- El ambiente familiar problemático que “obliga” a muchas personas a no querer llegar a su casa.
- La incapacidad para establecer prioridades.
- La falta de afectos personales que se suplen con el trabajo.
- La educación familiar que impone a los hombres sobre todo, el cumplir con el rol de mantenedor de su familia.
- La presión de muchas mujeres cuya meta es solamente el sacar adelante a los hijos e hijas.
Signos y síntomas de la adicción al trabajo
Entre los síntomas o signos de que una persona es adicta al trabajo y se ha convertido en el centro principal de la vida y a veces el único, se pueden nombrar:
- El no cumplir con las horas establecidas para el trabajo.
- Tener escaso o nada de tiempo libre para descansar y cuando se tiene la persona se siente incómoda.
- El hacer del hogar la extensión de la oficina, llevando trabajo a casa.
- El no tener motivos de conversación que no sean de asuntos de trabajo.
- El vivir con constante tensión, temor y angustia por el trabajo.
- El llenar los tiempos libres con otro tipo de actividades, que no son relajantes o recreativas.
- El acudir al trabajo a pesar de estar enfermo o tener alguna urgencia personal.
- El no coger vacaciones o días festivos a los que se tiene derecho.
- El acostarse pensando en los asuntos pendientes del día siguiente o despertarse durante la noche, con la inquietud de alguno de ellos, que obviamente en ese momento no se va a poder solucionar.
Consecuencias relacionadas con la adicción al trabajo
Por otro lado la adicción al trabajo puede causar graves consecuencias para la salud relacionadas con el cansancio y el estrés laboral que requieren ser mencionadas:
- Dolores de cabeza o cefaleas.
- Dolor de cuello, espalda y cintura.
- Malestar en piernas y articulaciones, por falta de movimiento, sobre todo en personas que trabajan tras un escritorio.
- Dolor de ojos o cansancio visual provocados por el ordenador.
- Cansancio y fatiga crónica.
- Irritabilidad, agresividad y mal humor.
- Gastritis y colitis nerviosa.
- Problemas eruptivos en la piel.
- Ataques de nervios.
- Bajada de tensión por cansancio.
Pero estos síntomas son como llamadas de atención, de que el cuerpo y la mente necesitan relajarse, para evitar enfermedades más graves, como pueden ser:
- Hipertensión arterial.
- Problemas cardiovasculares, como infartos, insuficiencia cardiaca.
- Problemas vasculares como varices, trombosis, aneurismas, derrames cerebrales o hemorroides.
Recuerda, el estrés constante puede generar además depresiones graves